Se escama y limpia bien el pescado, que después se cuece en bastante agua con sal. Una vez cocido, se aparta, dejándolo dentro del agua donde coció hasta unos minutos antes de servirle, en cuyo momento se calentará acercando al fuego la cacerola.
Cuando vaya a servirse se tiene preparada una salsa bearnesa, que se echa en una fuente, colocando sobre ella el pescado, y sirviéndolo antes que se enfríe.