Es pescado también de los más conocidos, y aunque su carne es blanca y fina, no conviene a los enfermos y personas de estómago delicado, por ser de difícil digestión.
El lenguado, cuánto más pequeño, es más apreciado, no debiendo pasar su mayor tamaño de veinte a veinticinco centímetros.
Cuando quiera cocerse este pescado, conviene ponerle en el agua cuando hierva a borbotones.
Para freírlos, resultan más exquisitos si, antes de hacer la fritura, se tienen un ratito empapados en leche.