Se limpia y espolvorea de sal, se asa en la parrilla, y se sirve en una fuente con aceite y vinagre o con salsa de tomates, pudiendo ponerle si no otra cualquiera para pescados.
Este pescado, que es de los más vistosos, tiene la carne finísima y de sabor agradable y delicado, pero espera muy poco.
En algunos sitios le llaman sargo de mar, forma un plato de lujo cuando se cuece al caldo corto azul y se sirve con una salsa italiana, mayonesa o ravigota.