Se limpian y preparan bien medio kilo de chocos, que se parten en pedazos. Después se pica menudamente un trozo de cebolla, que se fríe en la sartén con cinco cucharadas de aceite, medio diente de ajo y tres cucharadas raídas de perejil, sacándolo cuando el ajo esté dorado, sin que se haya puesto negro el perejil.
En seguida se echan en el aceite los chocos y el picadillo de la cebolla, se agrega a esto una taza de agua y se deja cocer.
Entretanto se machaca un poco de azafrán, el ajo y perejil fritos, unos granos de pimienta y un pedacito de miga de pan remojado. Esto se deshace con un poco de agua, se vierte en la sartén, removiéndolo bien y dejándolo hervir hasta que los chocos estén tiernos y la salsa quede un poco reducida y bien sazonada, pudiendo servirlos.