Después de bien limpias y escamadas, se les echa sal y se les hacen unas cortaduras a través en los costados, para introducirles unos pedacitos de limón. Luego que están así preparadas en la cacerola, se les pican encima, muy menudamente, cinco o seis ajos y un poco de perejil; se le ponen también encima unos granos de pimienta negra y una o dos hojas de laurel.
Se fríe un poco de aceite en una sartencita, y cuando está hirviendo se vierte por toda la superficie del pescado, poniéndole a cocer entre dos fuegos, para que por arriba quede bien doradito.