Recién cogidos éstos, pequeñitos e iguales, se frotan con un paño para quitarles granitos y pelusa, se les cortan un poquito los extremos y se van echando en orzas o frascos, poniendo entre ellos hinojo, laurel, estragón, unos dientes de ajo y cebollitas muy pequeñas y otras cosas y más, si gustan.
Se les añaden unos puñados de sal y se cubren de vinagre fuerte y bueno, tapando bien las vasijas.