ENVENENAMIENTO

REACTIVOS PARA RECONOCER VENENOS

Llámanse reactivos todas las sustancias que sirven para descubrir o hacer patentes las propiedades características de otras sustancias con las cuales se mezclan.

Siempre que se hallan partículas de veneno todavía intactas, basta ensayarlas con algunos reactivos para convencerse de la naturaleza de aquel; así, pues, encuéntrase a veces en los pliegues del estómago arsénico bajo la forma de granos pequeños. Sin embargo, casi siempre el veneno está disuelto; si está mezclado con un líquido incoloro, pueden descubrirse aun sus caracteres; cuando, por el contrario, la materia venenosa está unida a un líquido colorado, el problema no es de tan fácil resolución, porque las sustancias colorantes pueden unirse con los reactivos y dar resultados dudosos. En este caso conviene primero descolorar el líquido por medio del cloro.

Por último, la sustancia tóxica puede estar mezclada con materias del estómago o de los intestinos; puede también hallarse íntimamente combinada con los tejidos o con las vísceras, tales como el hígado, el bazo, etc. En todos estos casos, si hay líquidos que examinar, conviene concentrarlos; y si se opera con materias sólidas, hiérvense en agua destilada, teniendo cuidado de reconocer si el producto es ácido o alcalino. Cuando esto no puede conseguirse, hácese pasar una corriente de ácido sulfhídrico por una mitad del liquido previamente acidulado con ácido clorhídrico. Al cabo de 24 horas se ve si se forma un precipitado cuya naturaleza se pasa a determinar.

Si el resultado es negativo, trátase la otra mitad del líquido por el acetato de plomo, después por el ácido sulfhídrico, etc., con el fin de descubrir la morfina, o cualquier otro alcaloide.

Por fin, si el análisis no revelara la existencia del veneno, preciso será:

1° Tratar por el alcohol las materias escurridas para obtener de ellas un alcaloide orgánico.
2° Incinerar todas las sustancias en cazo de porcelana, resumir las cenizas por medio del agua regia, evaporar, volver a resumir por el agua, últimamente filtrar, y tratar por el ácido sulfhídrico para ver si no existe algún veneno metálico.

Otras operaciones son necesarias si se trata de reconocer las preparaciones arsenicales y antimoniales, cuanto han sido absorbidas.

La pureza de los reactivos empleados en las operaciones médico-legales es de la más alta importancia.

Recúrrese también a las experiencias en animales, con los líquidos vomitados o no vomitados pertenecientes al cuerpo humano envenenado.