ALIMENTACIÓN DE ENFERMOS Y CONVALECIENTES

POLVOS DE CARNE

El uso de los polvos de carne, introducido en la terapéutica el año de 1881 por el Dr. Debove, se ha vulgarizado bastante. Actualmente estos polvos sustituyen ventajosamente las antiguas preparaciones de carne cruda. Prepáranse haciendo secar la carne de vaca o caballo a una temperatura inferior a 100° y después reduciéndola a polvo impalpable.

Los polvos de carne tienen capacidad nutritiva muy grande y representan 5 a 6 veces su peso de carne fresca, siendo así que 50 gramos de polvos de carne representan 300 gramos de carne.

Se emplean generalmente en el tratamiento de las afecciones consuntivas, en los estados diatésicos caracterizados por el empobrecimiento fisiológico, la debilitación o falta de nutrición del organismo, como sucede en la clorosis, las afecciones del estómago y del tubo digestivo, la fiebre tifoidea, la disentería y especialmente la tuberculosis. El uso por los tísicos de los polvos de carne dio excelentes resultados.

Polvos de carne de Catillon.
Se toman en agua con azúcar aromatizado con un poco de ron o coñac o de cualquier otro licor. El mejor modo de administrarlo es el siguiente:
Polvos de carne de Catillon 2 cucharadas
Azúcar 1 cucharada
Vino de Madera 2 cucharadas
Diluyanse y agregúese:
Agua 4 cucharadas
Mézclese. Tómase esta dosis de 2 a 4 veces por día.

Polvos de carne con diaslasis de Trouette-Perret.
Según la edad de la persona tómase una o dos cucharadas, diluidas en chocolate, leche, caldo o agua azucarada; estas sustancias beben estar frías o tibias, y se evitará que hiervan después de mezclarse con los polvos.
Tómanse a esta dosis 2 o 3 veces por día, según el estado de debilitación del enfermo.