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ALIMENTACIÓN DE ENFERMOS Y CONVALECIENTES

EL ESTUDIO DE LAS PEPTONAS EN FRANCIA


Continúa el profesor Bouchardat, en el Anuario de Terapéutica de 1881:

En Francia hemos sido los primeros en ocuparnos en esta cuestión que se ha planteado como consecuencia lógica de nuestros experimentos de alimentación por el intestino. Estos experimentos, presentados a la Sociedad de Terapéutica en julio y en noviembre de 1870 y publicados en el Periódico de Terapéutica de Gubler, han determinado esta conclusión; que este modo de nutrición es posible siempre que se empleen alimentos transformados en peptonas asimilables.

El Doctor Daremberg ha confirmado estos resultados y en las observaciones que ha publicado en la Gazette hebdomadaire de Médecine et de Chirurgie, ha señalado los buenos resultados obtenidos de las lavativas de peptonas. Entre otros casos cita los dos siguientes que son de los más concluyentes:

1° Un hombre se hallaba atacado de encogimiento orgánico del esófago que no permitía el paso de ningún alimento; el enfriamiento era general, la urea no se elevaba más que a 4 gramos en 24 horas. M. Daremberg le hizo administrar cada día tres lavativas de peptona, precedidas cada una de un lavatorio laudanizado, y así el enfermo ha vivido cerca de catorce meses, engordando ligeramente, andando, escribiendo y librando de 15 a 20 gramos de urea al día.

2° En un segundo caso, se trata de una faringitis ulcerosa que hacia absolutamente imposible la alimentación por la boca. M. Daremberg dio cada día a su enferma una lavativa de agua con vino y dos lavativas peptonizadas, precedida cada una de ellas de otra de agua con 2 gotas de láudano. Bajo la influencia de este tratamiento, la enferma experimentó una verdadera resurrección; su peso aumentó, así como su temperatura, y la cifra de urea que al principio era de 9 gramos, alcanzó el de 17 al día.

En los artículos dedicados a la crítica general sobre la alimentación por conducto del colon recto, el Doctor Dujardin-Beaumetz, médico del hospital Saint-Antoine y miembro de la Academia de Medicina, dice:

A las observaciones de M. Daremberg, es preciso unir las muy interesantes experiencias presentadas por M. Catillon a la Sociedad de Terapéutica. Estos experimentos concluyentes y los hechos precedentes, permiten llegar a este aserto: que desde el punto de vista fisiológico y terapéutico, las lavativas de peptona pueden bastar a la nutrición, lo cual no sucede con las de leche, caldo, extracto de carne o de sangre, que no gozan de ningún valor nutritivo. En lo sucesivo, pues, cuando se quiera hacer uso del colon recto como vía de alimentación, solamente a estos lavatorios de peptona será preciso recurrir.

Los Archivos de Medicina Naval, 8 octubre 1882, han publicado importantes observaciones, recogidas en el hospital marítimo de Brest, donde los polvos de Peptona Catillon han sido aplicados con éxito en el tratamiento de la diarrea crónica de los países cálidos, en dosis de 4 a 8 cucharaditas al día, con un litro de leche, sin otro alimento.

Este medio, concluye el autor, es seguro y rápido en los casos ordinarios y puede considerarse, en los desesperados, como un medicamento, o como un alimento verdaderamente heroico.

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