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Teatro y cine – La Escenografía, hermana menor del Teatro
LAS NUEVAS TENDENCIAS DE LA ESCENOGRAFIA
Todo contribuye a la formación de las nuevas tendencias escenográficas para que los
problemas dejen de ser de orden exterior. Las habitaciones se cierran con paredes y plafones,
porque el naturalismo exige una realidad ambiente que no se consigue con bastidores y
telones de fondo. El gas sustituye la iluminación a vela y aceite. En 1887, el Teatro Libre de
Antoine, en París, buscaba la verdad en el decorado haciendo aparecer una fuente de la que
brotaba agua durante la representación. Las estéticas se suceden corno las teorías; así vemos
cómo el simbolismo necesita de una nueva fórmula (1890): "La decoración debe ser una pura
ficción ornamental que complete la ilusión por sus analogías de color y de líneas con el
drama". Pintores corno Maurice Denis y Odilón Redon se adhirieron a este principio, y un
hombre de teatro como Lugné-Poé dio su talento a las iniciativas del momento en el teatro de
l'Oeuvre (1892).
Todos los ballets de Diaghilew (1909) descubren escenógrafos de la talla de Backst, Benoit y
Rocrich. En Alemania se trabajaba con entusiasmo bajo las directivas de Max Reinhardt, y de
Stanislawsky, director del Teatro de Arte de Moscú y una de las figuras de la vanguardia. En
Inglaterra existía Gordon Graig, un genio del teatro, que luchaba por dar un estilo al escenario
para que no se confundiera con la realidad. Adolfo Appia y Georg Fuchs proyectaban
iniciativas profundas.
Todo estaba preparado para recoger las grandes ventajas que aportaba la electricidad. La
transformación había llegado. Existía de hecho una luz que podía exaltar el color, proyectar
sombras, crear atmósferas no conocidas hasta entonces y dar relieve a lo corpóreo en la
escena.
Pablo Picasso hizo decorados para el ballet de Manuel de Falla El sombrero de tres picos, y
Jacques Copeau como Gaston Baty, Luis Jouvet y Charles Dullin acogieron fervorosamente las
más audaces tendencias. Anton Giulio Bragaglia y Enrico Prampolini en Italia crearon
escenografías dentro de directivas muy personales.
Los rusos han tenido siempre el sentido del teatro. En Rusia fue donde los ballets de Sergio
Diaghilew nacieron, revelándonos la escenografía de Shéhérazade, cuya influencia duró más
de diez años en la decoración teatral.
Después de la Revolución de Octubre el teatro ruso alcanza un gran desarrollo.
El Teatro de Estado de Meyerhold es uno de los más audaces laboratorios de nxise en scéne de
la Rusia Soviética. No hay que olvidar tampoco al Teatro Kamerny, al Stanislawsky, al
Habima y las realizaciones logradas por Tairov.