Teatro y cine – El cinematógrafo y su sentido
OPINIONES Y HOMBRES QUE GUIAN EL CINEMATOGRAFO
Muy pocos son los que tienen el privilegio de acertar en sus juicios sobre la época en que
viven. Desde el nacimiento del cinematógrafo venimos presenciando disputas célebres. Con
los siglos que tiene el teatro, es muy posible que no tenga en su haber tantas controversias y
profecías como aquél. Cada paso que ha dado el cinematógrafo, se ha medido con lupa, y
cuando el paso se ha convertido en salto, muy pocos han podido comprender su significado
verdadero. No hace muchos años, Carlos Chaplin no comprendía el cine hablado. Hubo quien
dijo que el cine mudo dejaba a la imaginación de cada espectador mayor posibilidad y
libertad que el cine hablado. Se alegaba que la palabra exigía esfuerzo del espectador, y que en
él disminuía el poder de captación de la imagen y la acción.
De los estetas del cinematógrafo pueden recordarse frases célebres que han caído en el olvido
para algunos: "Es el espectáculo de los espectáculos", "Sobre la pantalla una escena, sobre la
escena, un actor". Cuando Marcel Pagnol dijo que el cine hablado era el "Arte de imprimir y
de fijar la difusión del teatro", poco faltó para que lo crucificaran. El gran cineasta René Clair,
replicándole, le dijo que "no sabía lo que significaba el cine". Es muy probable que después de
dirigir Marcel Pagnol La mujer del panadero, el juicio de René Clair fue revisado. En el
tiempo que se resolvían estas disputas, Granowski —el gran director ruso de teatro—
declaraba: "El cinematógrafo no puede ser nunca teatro fotografiado", y Granowski era un
fundamental hombre de teatro. Alejandro Arnoux decía en una conferencia, en 1932, sobre la
música aplicada al cine, que "el principio que consiste en subrayar las imágenes por el sonido
será para nuestros hijos lo que los pintores primitivos representan en su ingenuidad para
nosotros" (sin pensar que en pintura hoy somos más ingenuos que aquellos primitivos).
Y ¿quién tiene razón entre todos?
