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Teatro y cine – El cinematógrafo y su sentido
EL GUION
Inmediatamente a la elección de la obra se pasa a la escenificación cinematográfica del
argumento o sea a lo que se llama "guión", que lo constituyen el conjunto de escenas que
forman la película. Cada nuevo emplazamiento de la cámara o toma está indicado en el guión
y contiene la acción, los diálogos y el detalle de ruidos, música, etc., que intervienen. Para
indicar el lugar que ocupa la máquina con respecto al objeto que se fotografía, se usan
diversas abreviaturas que en castellano se clasifican con los nombres de "plano general",
"medio plano", "primer plano", etc., etc.
En la realización del guión intervienen diversos elementos que influyen en el éxito de la
película; los de carácter técnico son menos complejos que los que corresponden a la expresión.
En estos últimos toma parte, la mayoría de las veces, la personalidad del director
imprimiendo un "tempo" que es todo el estilo de la película. Ejemplos característicos son los
de King Wallis Vidor en El gran desfile (1925) o en La ciudadela (1938); Fritz Lang en Furia
(1936) o René Clair en El sombrero de paja de Italia (1927), El millón (193031), etc.
El director es la conciencia de la película, el nervio que la templa, el carácter que la impulsa y
vigoriza. Sin esa autoridad exigente la película carecería de la necesaria unidad. Es por lo
tanto el vértice donde convergen todos los elementos que forman lo que se denomina "equipo
técnico": el "cameraman", operador o técnico fotográfico; el escenógrafo que realiza los
escenarios; los técnicos del sonido y de la iluminación y, por último los "maquilla-dores"
(caracterizadores), peinadores, asistentes y demás colaboradores. La colaboración estrecha y
armónica de todos esos elementos es uno de los factores de más relieve en una buena película.
Así van realizándose los ensayos; cada día que pasa el escenario se enriquece con el trabajo de
los maquinistas (maestros carpinteros del teatro), que bajo la dirección del escenógrafo van
armando el decorado. Los actores, en un trabajo progresivo, van dominando sus papeles,
superando sus problemas de expresión y así la obra va tomando el carácter definitivo.
Una vez que el director lo considera oportuno empieza a coordinar los elementos. Ya sea con
ensayos parciales o de conjunto, funde las luces con el decorado e intérpretes, procurando
crear la armonía y el equilibrio general. Así se llega al ensayo definitivo o, como se llama
corrientemente, "ensayo general". El director desde la platea contempla el orden en que se
desarrolla la representación y cómo se resuelven los problemas planteados por él. Terminado
el ensayo general puede haber un reajuste más completo, repitiéndolos hasta conseguir la
mayor perfección. La crítica y el público son los encargados de decir la última palabra.