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Teatro y cine – El actor, ser expresivo por excelencia
ACTORES CONTEMPORANEOS DE HABLA ESPAÑOLA
El teatro de lengua española ha tenido y tiene actores y actrices de primera calidad tanto en
España como en América.
El verdadero artista de la representación teatral, como el verdadero dramaturgo, no hace
obras para el público, sino que prefiere hacer público para sus obras.
Puede decirse que cada autor ha tenido y tiene sus actores preferidos, como cada uno de éstos
interpreta mejor a un autor determinado. Autor y actores se compenetran y se complementan.
Entre las actrices contemporáneas españolas, desaparecidas ya algunas, merecen citarse, entre
otras muchas, la insigne María Tubau, considerada como la mejor intérprete del teatro francés
del siglo XIX en nuestra escena; Rosario Pino, espiritual actriz de exquisita sensibilidad para el
teatro moderno; María Guerrero, consagrada por el público español de los dos continentes
como la dignificadora de la escena; Mercedes Pérez de Vargas, Josefina Díaz y Catalina
Bárcena, primeras figuras de la comedia española, sensibles, graciosas; Irene López Heredia
con su arte señorial; Margarita Xirgú con su fuerza dramática creadora y tantas otras de
primera magnitud, aplaudidas con entusiasmo en los escenarios españoles y también en los
americanos.
Los actores contemporáneos españoles tienen también digna representación, primeramente en
Antonio Vico, Fernando Díaz de Mendoza y Emilio Thuillier, cada uno en su género, figuras
señeras de la escena; Ricardo Simó Raso, Juan Bonafé, Ernesto Vilches, Santiago Artigas,
Ricardo Calvo, Enrique Borrás, Valeriano León, Casimiro Ortas, Alfonso Muñoz, Enrique
Chicote y muchos más que siempre han cosechado aplausos merecidos en su carrera artística.
El teatro americano también ofrece sus frutos esplendentes en actrices y actores muy queridos.
El nombre de la gran actriz mexicana Virginia Fábregas, calificada como la Sara Bernhardt del
teatro mexicano; el de Blanca Podestá, gran actriz argentina, así como Camila Quiroga, Berta y
Paulina Singerman y el de la ilustre actriz Lola Membrives, muestran lo que vale la gente de
teatro en América.
Entre los actores no hay que olvidar a José J. Podestá, Cassaux, Casacuberta, Rogelio Juárez,
Parravicini, Guinard, Muiño, Fernando Soler y tantos otros que enaltecen el teatro americano.
La facilidad de comunicaciones que impera en la vida moderna ha hecho posible el
intercambio de compañías entre América y España. Una de las primeras compañías que se
trasladó a América fue la de María Guerrero y Fernando Díaz de Mendoza, quienes pusieron
muy alto, en suelo americano, el arte dramático español, la dignificación del arte escénico y el
gusto exquisito en su presentación ante el público. Esos artistas, en prueba de su cariño a
América, levantaron en Buenos Aires un teatro de puro estilo español, el Teatro Cervantes,
hoy Teatro Nacional de Comedia, donde actuaron con merecido aplauso.
Lo que aquellos beneméritos y nobles artistas efectuaron con grandes dificultades, es hoy cosa
corriente: actrices y actores americanos se trasladan a Europa y los de aquel continente actúan
en éste, lográndose así un mayor conocimiento de todos ellos y una mayor estimación del arte
de unos y otros.