Teatro y cine – El actor, ser expresivo por excelencia
El actor es un ser que lleva en sí mismo todos los valores que definen el teatro, por ser su
intérprete directo; merced a su capacidad expresiva convierte el teatro en el arte magnífico de
la representación, dando desde el escenario una razón de existencia teatral. Por eso se podría
decir que el teatro es el templo y el actor el sacerdote. Binomio inseparable y casi mágico.
El actor debe estar dotado de sensibilidad, capacidad mental, y desarrollar en grado máximo
su capacidad motriz (voluntad). Dos estados comprenden su vida anímica: el estado
consciente y el subconsciente, o lo que en lenguaje corriente llamaríamos "cerebro" y
"corazón". El primero es el estado que le sirve para organizar la función de su arte, y abarca
aquellos elementos introspectivos de reflexión y atención que han de actuar corno
generadores de su profesión. El segundo estado es aquel campo que encierra los hábitos, la
intuición, las aptitudes naturales, la imaginación, además de todos los actos emocionales del
individuo. Es en este estado donde el ideal, el entusiasmo, la vocación, tienen su origen. Esos
dos estados se compenetran cuando el consciente penetra en el subconsciente por la fuerza y
el orden del acto de carácter intelectual.
El arte del actor es esencialmente expresivo. El lo dice todo con su ser físico, y así como el
individuo que persigue un objetivo en su vida realiza todo de acuerdo con ese fin (ya sea el
psicólogo con respecto de su medio comprensivo, el músico con respecto de su medio
interpretativo), el actor lo amolda todo a su ser expresivo. Toda su cultura, su conocimiento y
su saber están al servicio de su expresión artística, es decir, que todo lo asimila en función de
esa fundamental "manera de hacer" arte. Es también un técnico de la expresión porque
manifiesta las más variadas emociones con su ser físico. Y así como el escritor debe poseer un
léxico abundante para poder expresarse
con soltura, el actor debe tener un léxico rico en
expresividad física. Por esta cualidad singular, el arte del actor
consiste en expresar el
pensamiento mediante su ser físico. Así se realizan en uno
solo los dos movimientos que
parten del acto volitivo del
individuo actor. Estos movimientos podrían distinguirse
de la
siguiente forma: el movimiento interno o intelectual, llamado también movimiento
inteligente, y el movimiento físico-plástico, en el
que se plasma el primero. La
armonía de
estos dos movimientos logra realizar el arte del actor. Para llegar a una comprensión total del
problema hay que plantearse las
siguientes comparaciones: el escritor realiza el primer
movimiento inteligente, pero como su misión expresiva es otra, convierte el segundo
movimiento expresivo en un acto que se traduce en lo que escribe; si analizáramos el arte del
pintor llegaríamos a la misma conclusión, sólo que su misión expresiva se traduce en el lienzo.
Así, podríamos enumerar todas las variedades de la expresión artística. Y cuando quedaran
definidas, llegaríamos a la conclusión de que el arte del actor es el más singular de todos, pues
trasmite sólo en el presente, dejando muy tenues testimonios de valor en la crítica de sus
contemporáneos. Su emoción artística la da a su generación; por eso cada actor es una síntesis
del carácter expresivo de su época.
