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LITERATURA LATINA - Primer siglo de la era cristiana (14-117)
LOS POETAS
En poesía cultiváronse géneros diversos: el apólogo por FEDRO, que nos ha dejado cinco
libros de fábulas, en su mayor parte traducidas o imitadas de las esópicas, y fruto algunas de
su propia invención; la tragedia, entre otros, por LUCIO ANNEO SENECA, que,
inspirándose por lo común en Sófocles y Eurípides, escribió nueve piezas: Hercules furens,
Troades, Phcenissce, Medea, Pheedra, Edipus, Agamemnon, Thyestes y Hercules (Eteus, a
las que se añade una praetexta, Octavia, escrita después de la muerte de Nerón, y ajena, por
tanto, a nuestro autor; la épica y la didáctica por MANILIO, autor de un poema titulado
Astronómicas, no desprovisto de mérito en algunas digresiones, como la referente al mito de
Perseo y Andrómaca; por MARCO ANNEO LUGANO (39-65 de J. C.), contemporáneo de
Nerón, de cuyas varias obras sólo conocemos el poema Farsalia o Guerra civil, que tiene por
asunto la contienda entre César y Pompeyo, a quien el poeta considera como la encarnación
del ideal republicano, mientras que su rival no es, a su juicio, más que un criminal sin
escrúpulos; por SILIO ITALICO (25?-101 de J. C.), que en sus Púnicas versificó, no sin
habilidad, los principales episodios de la tercera Década de Livio; por VALERIO FLACO,
imitador de Apolonio de Rodas, y por ESTACIO (61-96 de J. C.) autor de dos poemas, La
Tebaida, cuyo argumento es la lucha fratricida entre Eteocles y Polinice, y La Aquileida,
sobre la leyenda de Aquiles. El propio Estacio cultivó en sus Silvas la poesía lírica, y
CALPURNIO SICULO la elegía bucólica en siete Eglogas, imitadas de Teócrito y Virgilio. Un
género importante es el epigrama, representado por el español CAVO VALERIO MARCIAL
(45?-104), nacido en Bílbilis (Calatayud), de quien poseemos cuatro colecciones de poesías,
editadas en distintas épocas: el Libro de espectáculos, que trata de los brillantes festivales
organizados por Tito y Domiciano; una serie de composiciones en dísticos llamadas Xenia y
Apophoreta, destinadas a acompañar a los regalos que se hacían durante las Saturnales, y
doce libros de Epigramas, con un total de 11-72 poemas, en los que Marcial hace gala de su
ingenio, de sus dotes de observador irónico, de su agudeza sorprendente y de un arte
original, desprovisto de artificios retóricos. Característico de su manera es el tipo de
epigrama que reserva para el final el chiste o el aguijonazo.
Pero no fue solamente satírico, sino que poseía una vena sentimental, que se revela en su
actitud para con los muertos y los niños, en su modo de apreciar la amistad y en su amor a la
naturaleza y a la vida campestre.
La sátira, a la manera de Lucilio y Horacio, tuvo en AULO PERSIO FLACO (3462) y en
DECIO JUNIO JUVENAL (55?-130?) dos insignes cultivadores. Del primero, "poeta estoico,
duro y tenebroso, pero de grande audacia y energía de dicción", según Menéndez y Pelayo,
poseemos seis composiciones. Por las sátiras del segundo desfilan, duramente flagelados, los
vicios de sus contemporáneos, y aunque es indudable que, en general, su poesía se resiente
de una cierta exageración y exceso de retórica, son muchos los pasajes que por el vigor de las
descripciones y la nobleza de los sentimientos le colocan entre los grandes escritores de
Roma. De otro género de sátira, mezcla de prosa y verso, al modo de Ennio y de las
Menipeas de Varrón, nos ha quedado ejemplo en la Apokolokyntosis de Séneca, que tiene
por argumento la transformación en calabaza del emperador Claudio, y en el Satiricdn de
PETRONIO (acaso el personaje del mismo nombre, "árbitro de elegancias", cuya muerte,
acaecida durante el imperio de Nerón, nos cuenta Tácito), especie de novela en veinte libros,
de la que se conocen varios episodios, como el Convite de Trimalcidn (no publicado hasta las
postrimerías del siglo XVII), en que este enriquecido liberto de baja estofa ofrece espléndido
banquete a sus amigos; la Matrona de Efeso y algunos pasajes poéticos (La caída de Troya y
La guerra civil, parodias de Nerón y Lucrecio, respectivamente).