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LITERATURA GRIEGA - La tragedia y la comedia en el período ático (SIGLOS V - IV A. DE
J. C.)
ESQUILO
Nació hacia el año 525 en Eleusis, cerca de Atenas. Combatió en las guerras médicas. fue
doce veces triunfador en certámenes trágicos, y en cincuenta y dos ocasiones coronado por
sus obras. Falleció en Gela (Sicilia), alrededor del año 456.
De su copiosa producción -cerca de ochenta obras- sólo poseemos siete tragedias y algunos
centenares de fragmentos. Las Suplicantes, Los persas y Prometeo encadenado formaban
parte de sendas trilogías. La primera de estas tragedias trata de la leyenda de las Danaidas,
llegadas a Argos fugitivas de Egipto, y allí acogidas hospitalariamente por el rey Pelasgo.
Domina en esta obra el elemento lírico, y su interés principal se cifra en las magníficas odas
que ocupan más de su mitad, y se refieren a la historia de Io, a los temores y esperanzas de
las doncellas y a su gran invocación a Zeus. Los persas, única tragedia antigua conocida
inspirada en un hecho contemporáneo del autor, muestra la desolación que la derrota de
Jerjes en Salamina produjo en la corte de Persia. Prometen encadenado tiene como
argumento el suplicio del titán, símbolo de la grandeza moral e intelectual, que desafía al
poderoso en defensa del débil, sujeto por Júpiter a las rocas de una montaña de Escitia, en
castigo de haber revelado a los hombres la existencia del fuego, y su hundimiento en las
mansiones infernales en medio de terrible cataclismo. Los siete contra Tebas es una tragedia
aislada que pone en escena la lucha fratricida de Esteocles y Polinice, que se desarrolla
dentro de los muros de la ciudad, sitiada por los argivos. Un grupo de tres obras -Agamenón,
Las Coéforas y Las Euménides- forman la trilogía conocida con el nombre de Orestáada. La
primera representa al Atrida, que vuelve triunfador de Troya, en su propio palacio de
Micenas, donde es asesinado a traición por su mujer Clitemnestra, con la complicidad de
Egisto. 
La escena en que Casandra, traída consigo por el rey de Argos y poseída de furor profético,
revela al coro aterrorizado lo que está aconteciendo dentro del palacio real y su propio
asesinato, es una de las más terribles y sobrecogedoras del teatro griego.
Destaquemos también la conmovedora descripción del sacrificio de Ifigenia, la pintura de la
belleza de Helena, el parlamento de Clitemnestra sobre las luminarias que anuncian la ruina
de Troya, etc. En Las Coéforas (o portadoras de libaciones), Orestes, plegándose al deber de
la venganza, sagrado para los antiguos, da muerte a su madre por orden del oráculo de
Delfos, con ayuda de su hermana Electra. Finalmente, en Las Euménides (o bondadosas,
eufemismo con que se designa a las Furias), Orestes, perseguido por las Erinias, se refugia
por consejo de Apolo en Atenas, comparece ante el tribunal del Areópago, y absuelto de su
delito por el voto decisivo de Minerva, se ve libre de la persecución de las Furias.
Esquilo, poeta poseído de un profundo sentimiento religioso, supo pintar magistralmente,
en un estilo lleno de audaces metáforas, las catástrofes fatales y el poder inexorable del
destino, contra el cual se estrellan impotentes las deidades y las míseras pasiones de los
hombres. El efecto que sus tragedias producen es el terror en su grado máximo.