Textos    |    Libros Gratis    |    Recetas

 

.
LITERATURA ESPAÑOLA - Siglo XVIII: Reforma, Enciclopedia y Neoclasicismo
JOVELLANOS: SINTESIS DE LA EPOCA 
En GASPAR MELCHOR DE JOVELLANOS
(1744-1811) se nos ofrecen reunidas las
múltiples facetas de la literatura del siglo XVIII. Empezó su carrera pública y su obra
literaria, hermanadas luego a lo largo de su vida, en Sevilla, donde residió de 1768 a 1778.
Fue
allí juez y asiduo asistente a la tertulia de Olavide, en la que se leyeron sus versos
juveniles y su comedia sentimental El delincuente honrado (1773), escrita bajo el influjo del
humanitarismo. Se trasladó a Madrid en el período culminante de la ilustración, intervino en
todas las actividades reformadoras y fue miembro de varias academias, para las que escribió
informes, discursos y papeles sobre toda clase de temas. Por encargo de la Sociedad
Económica de Amigos del País redactó el Informe sobre la ley agraria, terminando en 1794
que se considera como su obra maestra; y por encargo de la Academia de la Historia, la
Memoria para el arreglo de la policía de los espectáculos y diversiones públicas y sobre su
origen en España. Por diferencias con el gobierno, salió de Madrid en 1790, desterrado a
Gijón, su ciudad natal, donde pasó diez años. Fundó entonces el Instituto Asturiano, modelo
en su época de centro de enseñanza secundaria y consagró el tiempo que el Instituto le
dejaba libre a terminar obras empezadas, al estudio de la historia y los problemas locales, a
fomentar reformas de toda índole, como la construcción de carreteras o la explotación de las
minas de carbón, a viajar por el norte de España tomando notas sobre el paisaje, las
costumbres, el arte, la historia y la vida económica. Lo sacó del destierro Carlos IV, que lo
nombró ministro por un breve periodo, tras del cual y un nuevo destierro en Gijón, fue
elegido por el elemento reaccionario -imperante ahora en la corte- como figura visible del
movimiento renovador y sufrió una severa prisión de ocho años en Palma de Mallorca. El
pretexto de su castigo fue que había ayudado a difundir una versión castellana del Contrato
social, de Rousseau. Salió de la prisión en 1808 y fue el alma de la Junta Central, organizada
para dirigir la resistencia contra Napoleón. Murió en 1811.
Jovellanos es el primer economista de su tiempo en múltiples informes breves y
especialmente en el Informe sobre la ley agraria, obra clásica por su estilo. Es el primer
escritor político como teórico del constitucionalismo, en muchos pasajes y apéndices de su
Memoria en defensa de la Junta Central; el primer crítico de arte, en El elogio de las Bellas
Artes y otros escritos; el primer tratadista de cuestiones pedagógicas en el Tratado teórico-
práctico de Enseñanza o la Noticia sobre el Instituto Asturiano. Sus múltiples discursos y
elogios son modelo de elocuencia académica. De interés son también sus estudios sobre el
dialecto de Asturias.
Cultivó la literatura de tipo personal en diarios y cartas. Como poeta, frío casi siempre y
académico, deja dos excelentes sátiras "Contra la mala educación de la Nobleza"; dos
epístolas de elevado sentimiento moral estoico: A Bernardo y A Posidonio; y una de las más
notables muestras del sentimentalismo prerromántico en la Epístola de Fabio a Anfriso,
escrita en la Cartuja del Paular. En ella, el viejo elogio horaciano de la soledad se funde con
temas de un espíritu completamente nuevo: tono evocador, sensibilidad quejumbrosa,
personalismo, reflexiones melancólicas sobre las ruinas, el claustro, el pasado y visiones de
terror nocturno. Asoman también en la misma epístola el sentimiento de la naturaleza y el
medievalismo literario, que luego expresa en prosa con ardor poético en las bellísimas
descripciones del castillo de Bellver y de la campiña mallorquina.
De la prosa de Jovellanos dice Menéndez Pidal que reúne "con feliz tino los elementos de la
lengua clásica con los elementos nuevos que era necesario acoger para reflejar el
pensamiento moderno". Esa mezcla de lo antiguo y lo nuevo se ve en todos los aspectos de
su personalidad. Por eso dijo de él el conde de Toreno que "poseía las virtudes del siglo XVI
unidas al pensar moderno del nuestro".