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LITERATURA ESPAÑOLA - El Renacimiento: época de los Reyes Católicos
EL AMBIENTE DE LA EPOCA: HISTORIA, VIDA, CULTURA
HUMANISMO Y ESPLENDOR. - Entre tanto, en el interior de España misma florecen las
artes de la paz. Muchas ciudades se enriquecen con el comercio de lanas y granos. Otras,
como Sevilla, centro de la comunicación con América, pasan pronto a rivalizar con los
grandes puertos del Mediterráneo, como Génova o Venecia. Artistas flamencos, alemanes y
de otros países acuden a España y desarrollan las artes plásticas, de cuyo florecimiento son
muestras exquisitas en estos años algunos retablos religiosos y algunas joyas de escultura
funeraria. En la cámara del príncipe don Juan se cultiva la música con un sentimiento
refinado, y en el palacio de los duques de Alba, Juan de la Encina, músico y poeta, organiza
representaciones teatrales.
Indice mayor de este ambiente renacentista es el gran auge que adquieren los estudios de
humanidades bajo el influjo de la creciente y estrecha comunicación con el humanismo
italiano. La Universidad de Salamanca, donde profesa Nebrija, después de pasar diez años
en Italia, inicia sus días de mayor gloria, que se prolongarán durante todo el siglo XVI, y
Cisneros funda la de Alcalá e invita a helenistas, hebraístas y sabios conocedores de otras
lenguas antiguas para la preparación de la Biblia Políglota Complutense, publicada de 1514 a
1517. Se prodigan las traducciones de los clásicos latinos y algunos griegos. La reina Isabel
aprende latín con Beatriz Galindo, la Latina. Antonio y Alejandro Giraldino educan en las
humanidades a los hijos de los reyes. La nobleza hace venir también de Italia a otros
maestros para sus hijos. El conde de Tendilla, embajador en Roma, trae a Pedro Mártir de
Anglería, el primer historiador de los descubrimientos en sus Decadas de orbe novo, y el
almirante de Castilla, don Fadrique Enríquez, trae al siciliano Lucio Marineo Sículo, el cual
deja, al explicar por qué ha ido a España, un testimonio precioso del ambiente de la época:
"Italia -dice- está en paz en el extranjero y en guerra dentro. España está en paz dentro y en
guerra en el extranjero. Italia está dividida en facciones; España está unida en todo. Los
príncipes de Italia están en discordia. Los de España de acuerdo".
Son tiempos de esplendor. Un esplendor que dista mucho del refinamiento en vida,
sensualidad y sentimiento estético del de las ciudades italianas. Francisco Guicciardini,
legado pontificio a la corte del Rey Católico, hará notar en su diario de viaje la severidad de
la vida española comparada con la italiana. Es que España pone en su esplendor una nota
austera que para muchos contemporáneos será al mismo tiempo indicio de buen gusto. En
todo caso, este sentido de la medida en lo estético, junto con la presencia constante de la
preocupación religiosa y moral, será norma de la literatura española en esta época y en las
siguientes, determinadas ya por ella, antes de que, al llegar la decadencia, el sentido de la
medida se pierda y la preocupación religiosa y moral llegue a extremos insospechados de
pesimismo y fantasía macabra.