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LITERATURA ESPAÑOLA - Posromanticismo y realismo (1850 - 1898)
EL DRAMA POSROMANTICO Y REALISTA: ECHEGARAY Y SUS CONTEMPORANEOS
AYALA Y TAMAYO Y BAUS. - Caracterizado así en conjunto el panorama de la literatura
dramática en la segunda mitad del siglo XIX, veamos las formas que presenta en su
evolución y cuáles son sus autores más importantes.
La primera fase es enteramente pos-romántica. Está representada por algunos autores de
poca importancia, como EULOGIO FLORENTINO SANZ, más conocido por su poesía, pero
autor de una obra teatral interesante sobre Quevedo y Narciso Serra que evoluciona luego
hacia la comedia.
Cultivando también el drama histórico en verso empiezan su obra los tres dramaturgos
mayores de la época: ADELARDO LOPEZ DE AYALA (1829-1879), MANUEL TAMAYO Y
BAUS (1829-1898) y JOSE ECHEGARAY (1832-1916), la figura descollante como ya se ha
apuntado.
Ayala, político, poeta lírico, orador y periodista, escribió su obra teatral en verso y después
de varios dramas históricos como Un hombre de Estado (1851) y Rioja (1854), adopta el
realismo con el propósito de censurar las costumbres de su tiempo. Se le considera por esto
como el creador de lo que se llamó "la alta comedia" o "la comedia dramática", siguiendo el
camino abierto por El hombre de mundo, de Ventura de la Vega. Las obras más
características de Ayala son El tejado de vidrio, condenación del libertinaje; El tanto por
ciento, crítica contra el desmedido afán de lucro que no respeta ni la honra ni el amor; y
Consuelo, estudio psicológico de una mujer coqueta que lo sacrifica todo al lujo y a satisfacer
su egoísmo.
El teatro de Ayala tiene, como se advierte, un marcado carácter moral. Su versificación es
correcta y en ciertos momentos, inspirada. Su pensamiento carece de vuelo, pero es menos
confuso que el de la mayoría de sus contemporáneos y sus personajes, aunque rara vez son
profundos, están bien observados o impresionan, en muchos casos, por su verdad.
Tamayo, a diferencia de Ayala, se consagró por entero a su arte y al estudio. Hijo de actores,
es principalmente un "hombre de teatro". En su producción -que en total consta de más de
cincuenta obras- recorre las dos etapas de la de Ayala. Drama histórico: La rica hembra, Una
aventura de Richelieu, Locura de amor; y comedia realista, moralizadora y docente o de tesis:
Lo positivo, Lances de honor o Los hombres de, bien y La bola de nieve.
Presenta además otras modalidades que le muestran como artista inquieto en busca de
nuevas sendas. Adaptó tragedias modernas de Schiller en Angela y Juana de Arco, y probó
también a resucitar la tragedia clásica en Virginia. Pero donde logra elevarse a un nivel más
alto es en el teatro poético, de sentimiento y pasión, sea en La locura de amor, sobre doña
Juana la Loca o en su obra maestra, Un drama nuevo.
El llevar a la escena en 1867 un asunto original y complicado en su significación artística
como el de Un drama nuevo, representaba una audacia y un sentido del teatro muy superior
al de la época. Es un estudio de la pasión de un actor que ve convertirse la ficción en realidad
al representar un drama de celos. La acción ocurre en tiempo de Shakespeare, que es uno de
los personajes de la obra. Se ha relacionado la obra de Tamayo con The Spanish Tragedy del
dramaturgo inglés del siglo XVI, Thomas Kyd, y sirvió de fuente para el libreto de la
conocida ópera Impagliacci, de Leoncavallo, y algunos críticos, a nuestro juicio sin gran
fundamento, han visto en ella un precedente de la obra del italiano Pirandello Seis
personajes en busca de autor.