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LITERATURA ESPAÑOLA - Literatura gallega
EPOCA MODERNA
LOS COMIENZOS DE LA POESIA GALLEGA DEL SIGLO XIX. - Repítese en Galicia el caso
de otras literaturas regionales y, en particular, el de la catalana. Reducido el gallego, a partir
del siglo XVI, a la categoría de lengua rústica cultivada solamente como pasatiempo por
algunos poetas locales, su decadencia se prolongó por cerca de tres siglos hasta que el
movimiento erudito del XVIII orientó la curiosidad de algunos escritores hacia el estudio de
su antigua lengua y literatura. El verdadero restaurador de estos estudios en la centuria de
las luces
fue el padre MARTIN SARMIENTO, que a
sus investigaciones unió el ejemplo
escribiendo varias poesías en gallego. Por el mismo tiempo otros escritores hicieron lo
mismo. Entre ellos hay que recordar dos nombres: el de FEIJOO por la importancia de su
figura, aunque en realidad ganó poco su gloria con las pocas poesías gallegas que compuso,
y el de DIEGO ANTONIO CERNADES Y CASTRO, cura de Fruime, que con Sarmiento es el
precursor más importante del renacimiento de la lengua gallega en el siglo siguiente.
Tras estos antecedentes, la guerra de la Independencia vino a despertar el sentimiento local y
regional, hecho que se tradujo para Galicia en la aparición de numerosos libros, folletos,
periódicos patrióticos y hojas sueltas, la mayoría de ellos escritos en castellano pero con
marcado espíritu regionalista. Es de notar que en tanto la renaixenca catalana tuvo en sus
comienzos un carácter más bien histórico, arqueológico y poético, las primeras
manifestaciones del renacimiento gallego tienen una predominante intención política. A
estos años de la guerra de la Independencia y de las primeras luchas liberales corresponde la
composición Os rogos d'un gallego, de valor poético casi nulo, pero que alcanzó una
popularidad enorme.
El movimiento se desarrolló muy lentamente. Al tono político vino a sumarse pronto el tono
melancólico-sentimental de los románticos, como NICOMEDES PASTOR DIAZ, el cual,
aunque sólo escribió una poesía en gallego, Alborada, alumbró con la inspiración
quejumbrosa de sus poesías castellanas la vena céltica del antiguo lirismo galaico.
La corriente recibió también impulso merced a la obra de algunos eruditos regionales, que
en su mayor parte escribieron en castellano, pero inflamados de patriotismo local y a la de
algunos poetas como JUAN MANUEL PINTOS, autor
de La gaita gallega y de un
Diccionario
gallego que no llegó a publicarse entonces, FRANCISCO AÑON y ALBERTO
CAMINO. Estos tres poetas iniciaron, en rigor, la nueva poesía y prepararon el renacimiento
de la musa regional, que tomó forma definida con la celebración de los primeros Juegos
Florales en La Coruña el año 1861 y la aparición, al año siguiente, del Album de la Caridad,
antología de los poetas gallegos desde principios del siglo.