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LITERATURA ESPAÑOLA - A qué llamamos literatura española
CARACTERES PERMANENTES DE LA LITERATURA ESPAÑOLA
DIVERGENCIA DE LO EUROPEO. - En relación estrecha con esa asincronía y como causa o
efecto de ella, se nos presenta otro carácter fundamental de lo español. Es su diferenciación
constante de lo europeo. No debe olvidarse nunca que España participa desde los tiempos
más antiguos o al menos desde su romanización, más completa que la de ningún otro pueblo
con la excepción posible de Italia, de todas las corrientes históricas y culturales de Europa.
No sólo participa, interviene en ellas y en varios momentos hace un papel director. Pero, al
mismo tiempo, es evidente que da y mantiene en todo momento una nota propia; que
siempre en su arte, como en su literatura, como en su historia, se presenta España con un
fuerte acento distintivo. Claro que cualquier otro país con un genio nacional definido -
Francia, Alemania, Italia o Inglaterra- tiene sus caracteres peculiares. Mas las diferencias que
existen entre cada una de esas culturas son reducibles hasta cierto punto a algunas ideas y
formas básicas, sobre todo a partir del Renacimiento. Lo hondo y permanente de España se
destaca en cambio con una originalidad irreducible a los conceptos con los que se ha tratado
de definir, al menos desde el siglo XVIII, la cultura europea. Está dentro y fuera de ella:
superándola a veces; rechazando otras, las ideas o los valores que han terminado por dar
cohesión y sentido a la cultura occidental.
Esta manera propia de lo español, esta disyuntiva de las notas comunes a otras grandes
literaturas europeas, se ha tratado de explicar por diversos factores:
a) el individualismo de los antiguos pueblos peninsulares; b) la mezcla de culturas y,
particularmente, la árabe; c) la situación geográfica de la península, en un extremo del viejo
continente, límite fronterizo con Africa, llave a la par entre el mundo mediterráneo y el
Atlántico; d) el aislamiento ideológico respecto a los países que marcan el rumbo de la
cultura europea a partir de la Reforma. Probablemente todos estos factores y varios más que
pudieran señalarse han contribuido a dar a España su fisonomía histórica. Lo indudable es la
existencia de un tono peculiar en el arte español, que, no pudiendo ser catalogado dentro de
lo que llamaríamos las categorías normales del arte europeo, con frecuencia inspira a los
críticos no españoles esas interpretaciones, que, quedándose apenas en lo superficial, señalan
el pintoresquismo como la cualidad primera de lo español. Sólo cuando se penetra en el
fenómeno empieza a entenderse y entonces surgen los grandes apasionados del "genio" de
España, del "alma" española, que de vez en cuando y en todas las épocas aparecen entre los
extranjeros.