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LITERATURA ESPAÑOLA - Literatura catalana
EPOCA MEDIEVAL
La verdadera literatura catalana -nos referimos a la escrita en catalán- comienza en el siglo
XIII con la Crónica del rey Jaime I. El único texto original anterior que se conoce, las
Homilies d'Organyá (fines del siglo XII) son unos sermones carentes de todo valor literario.
Antes, sin embargo, de ese tiempo adquiere en Cataluña gran florecimiento la poesía
trovadoresca, que crece allí fundida con la provenzal hasta el punto de ser considerada como
parte integrante de ella.
Cataluña, la antigua provincia tarraconense de los romanos, llamada luego tierra de los
godos (Gothia, Gothland, Gotolaunia, Cataluña), estuvo unida a la Septimania desde
principios del siglo VIII, en que fue conquistada por los francos. Más tarde, Carlomagno, al
establecer la provincia de la Marca Hispánica en el año 801, fundó en ella una serie de
condados, entre los cuales el de Barcelona llegó pronto a predominar y a convertirse en el
núcleo de la Cataluña medieval, prácticamente independiente desde los tiempos de Wifredo
el Velloso (874-896), de quien arranca el tronco de los posteriores Condes de Barcelona. Uno
de ellos, el conde Ramón Berenguer IV, contrajo matrimonio en 1151 con Doña Petronila,
heredera del Reino de Aragón, y desde entonces Cataluña pasó a formar parte de este reino
hasta que se unificó con el de Castilla en tiempo de los Reyes Católicos. En esta Cataluña se
desarrolló durante los tres últimos siglos de la Edad
Media una civilización propia y
especialmente una literatura que en muchos aspectos rivalizó en brillantez con las de otras
naciones medievales. La lengua en que esta literatura se escribió -el catalán- fue durante
mucho tiempo considerada como una variedad dialectal de la lengua de oc o provenzal,
llamada luego lemosina por el trovador y gramático Ramón Vidal de Besalú. Algunas
investigaciones modernas, y en particular las del filólogo Amado Alonso, han probado en
forma bastante concluyente que el catalán pertenece en su origen a la familia lingüística
ibero-románica, es decir, a los dialectos derivados del latín en la península ibérica. Por otro
lado, es evidente que el provenzal influyó de manera notoria en la formación del catalán
literario y que la primera literatura catalana -la trovadoresca- se escribe en la lengua de
Provenza, territorio con el que además Cataluña tenía estrechas relaciones de toda índole. Al
avanzar la reconquista el catalán se extendió por las Islas Baleares y por Valencia, donde aún
se hablan variedades dialectales de la antigua lengua. En Valencia particularmente fue
cultivado en el siglo XV por una brillante generación de poetas.