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GEOGRAFIA ECONOMICA - Regiones naturales
RELACION ENTRE REGIONES NATURALES Y ECONOMICAS
Nos hemos habituado a considerar las divisiones políticas como si fuesen divisiones naturales y
delimitasen áreas económicas determinadas. En muchos aspectos es así porque el artificio
económico es una prolongación del artificio político o viceversa. Pero la Geografía Económica
no puede ceñirse a tratar la Tierra como un mosaico de departamentos estancos en cada uno de
los cuales el ciclo económico se desenvuelve en toda su extensión y plenitud. La economía es un
artificio humano y, como tal, se adapta y se combina con otros artificios de igual naturaleza;
pero la economía descansa sobre hechos naturales que la política a menudo ignora o violenta.
Las regiones naturales son regiones económicas donde, en igualdad de circunstancias, los
hechos se producen en forma idéntica o similar. Los desiertos africanos se han repartido bajo el
dominio de Gran Bretaña, Francia e Italia, pero siguen siendo desiertos como cuando no
formaban parte de ningún imperio. Las selvas amazónicas trascienden las fronteras políticas y
se extienden por las Guayanas, Venezuela, Colombia, Perú y Bolivia, además del Brasil. Algunas
veces, regiones naturales, grandes o pequeñas, son descuartizadas en dominios distintos; otras
veces, regiones naturales heterogéneas son comprimidas en unidades estatales que
económicamente producen menos.
La Geografía Económica no puede desconocer las divisiones políticas que afectan sensiblemente
la economía de los habitantes de una región; pero no puede ignorar que la latitud, el clima, la
topografía, la orografía, la hidrografía, la situación de vecindad y de ambiente determinan
primordialmente las actividades y las ocupaciones de los habitantes, como determinan, en parte,
las condiciones de su carácter y de su conducta. Entre los pobladores de la margen derecha o
izquierda del río Uruguay, que corresponden a dos soberanías distintas, existen más afinidades
de naturaleza económica que no entre ellos y los onas de la Tierra del Fuego. En torno al mar
Báltico se miran cuatro Estados cuyas relaciones no son especialmente fraternas; pero los
habitantes de todos ellos pescan en el mismo mar y convierten la madera de sus extensos
bosques en pasta de papel, crían ganado vacuno y comen los mismos alimentos.