Textos    |    Libros Gratis    |    Recetas

 

.
GEOGRAFIA ECONOMICA - La población humana
CAUSAS DE REPRODUCCION PROGRESIVA: LA INDUSTRIA
El volumen de la renta nacional y el nivel de vida de las poblaciones no corresponden a los
aumentos y densidad de las mismas. Causas ajenas a los factores económicos inciden en estos
fenómenos de reproducción progresiva, y entre las poblaciones antiguas se dan casos de
disminución, de estancamiento y de aumentos considerables. Entre los Estados modernos,
Francia e Italia son dos ejemplos típicos: la primera, singularmente rica, cubre con la
inmigración extranjera su déficit de natalidad; la segunda, a pesar de sus saldos emigratorios, ha
registrado notables aumentos. Sin embargo, el enorme crecimiento de la población del mundo
ha coincidido con el moderno proceso de industrialización. Según los cálculos, la población del
planeta no alcanzaba a 500 millones en 1650 y llegó a 1.500 millones en 1900, cifrándose en 2.170
millones la población actual. Sin rozar consideraciones de carácter biológico, que no nos
incumben, no parece desatinado admitir que el desarrollo económico moderno ha coadyuvado
en el portentoso crecimiento de la población mundial.
Un hecho aparece evidente y es el de la mayor longevidad en los países más industrializados,
elemento nada deleznable en la cuenta de la mayor densidad de población. Aunque los números
índices sean raras veces aplicables a casos particulares, puede afirmarse que los habitantes de
Gran Bretaña disfrutan de un promedio de duración de vida doble que el de los habitantes de la
India. Esta comprobación de carácter fisiológico no es ajena al cuadro general que presentan los
factores económicos en uno y otro país. En realidad, no puede escapar a ningún observador
atento la poderosa influencia que ejerce sobre la vida misma de la población el estado
económico de una región, determinado por el grado de su desarrollo industrial y los índices de
su nivel de vida.
Otro hecho que merece señalarse, porque afecta el funcionamiento normal de las leyes
económicas, son las divisiones políticas que establecen fronteras poco menos que infranqueables
entre unos y otros países. Las economías particulares resultantes de tales divisiones, siendo
incompletas, tienden a completarse y a bastarse a sí mismas, produciendo contracciones y
distorsiones de carácter general. Ocurre muchas veces que un país deficiente en población posee
los medios naturales para llegar a una producción intensiva, pero le faltan habitantes y, por lo
tanto, mercado; y ocurre también que países de gran densidad de población carecen de los
elementos indispensables para organizar su industria. La ley de los vasos comunicantes y del
natural equilibrio podrían haber promovido los cambios de población de acuerdo con las
posibilidades económicas, de no impedirlo las divisiones políticas; igualmente, una más perfecta
división del trabajo habría añadido eficacia y ahorrado esfuerzo en el general proceso de la
producción y la distribución. Los países bien dotados naturalmente y faltos de mercado interno
no pueden aspirar a vender a países superpoblados y sin capacidad adquisitiva. Ello explica, en
parte, la persistencia de grandes concentraciones humanas en zonas industrialmente atrasadas y
cómo se frustra en los países de población insuficiente el desarrollo de sus medios económicos.
De todo ello se deduce que el factor humano es el factor económico por excelencia y que los
problemas de población se colocan en primer término de toda ordenación económica. En nada
aprovecha a una región cualquiera la suma de sus riquezas potenciales o efectivas si no hay
población que les de empleo y utilidad, en una palabra, si no hay mercado; tampoco tendrá
sentido económico o lo tendrá negativo, todo crecimiento de población que no se acompañe de
una multiplicación del radio de actividades en su doble aspecto de más alta producción y más
alto consumo. El hombre, como ente económico esencial, no puede permanecer estático. En su
doble naturaleza, física y social, se conjuga la dinámica de la energía y de la vida multiformes. Si
algún día apareciesen síntomas de agotamiento, el fin del mundo estaría muy cercano.