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GEOGRAFIA ECONOMICA – Comercio y transportes
REGIONES COMERCIALES DEL MUNDO
Entre las regiones comerciales del mundo, Europa ha de colocarse en primer término, pues,
hasta la Segunda Guerra mundial, su comercio internacional representaba la mitad del mundo
entero. Gran Bretaña no puede vivir sin un intenso comercio de importación y exportación. Falta
de materias primas y de alimentos para su densa población, reducidas las utilidades de sus
inversiones en el exterior, necesita exportar mucho para poder importar lo suficiente para
sostener a su población y a sus industrias. En menor proporción, son muchos los países del
continente que se encuentran en circunstancias análogas. 
Los ricos y extensos imperios coloniales de Gran Bretaña, Francia, Holanda y Bélgica son uno de
los motivos del intenso comercio internacional europeo. Sin embargo, Portugal posee también
un gran imperio y su comercio es insignificante; y Dinamarca, Suiza y Alemania, sin asomo de
imperio, gracias a su desarrollo interior, cuentan con un comercio exterior sumamente activo.
Nadie sospecharía que las exportaciones e importaciones de la diminuta Dinamarca, antes de la
última guerra, pudiesen igualar a las de la extensa República Argentina, y que las de la
diminuta Bélgica superasen a las de la Argentina y el Brasil juntos. Las pequeñas islas japonesas
duplicaban el comercio exterior de la inmensa China. Suiza superaba al conjunto de los diez
países de la América Central, incluyendo a México y Cuba, y Suecia les llevaba una ventaja
todavía superior.
El comercio exterior es no sólo un índice de alta producción interior, sino también de un alto
nivel de vida. Esta ley se confirma especialmente en Europa, pero prevalece igualmente en
América. Después de los Estados Unidos, Canadá es el país que ofrece cifras absolutas y
relativas más elevadas en materia de comercio exterior. Le siguen la Argentina y el Uruguay, los
países más desarrollados de América del Sur. Cuba, Chile, Colombia y México, son, por orden
correlativo, países de importante comercio exterior, y Venezuela y Brasil van en aumento, el
primero gracias a sus petróleos, y el segundo porque empieza a aprovechar sus inmensas
posibilidades agrícolas e industriales. Entre los pequeños países, Costa Rica se ha destacado
siempre por la actividad de su comercio. Una mayor densidad de población y la intensificación
del consumo interior, colocarían a los países latinoamericanos en condiciones muy ventajosas
para triunfar en el campo del comercio internacional.
Otra de las importantes regiones comerciales del mundo es la del oriente asiático y las grandes
islas del Pacífico. En términos relativos, debido a la gran densidad de población, Japón, Corea y
Ceilán ofrecen porcentajes inferiores a 30 dólares por habitante, mientras que la Malaya, rica en
caucho y en estaño, llega a 140, superando a muchos países europeos. Java y Sumatra son islas
de intenso movimiento comercial, como lo son, pero en menor escala, las Filipinas, Indochina y
Siam. La India, con ser país de un elevado comercio exterior, no alcanza a 10 dólares por
habitante, por razón de su numerosísima población. China no llega a 2 dólares por habitante. En
cambio, Australia y Nueva Zelanda tienen un comercio per capita de 131 y 156 dólares anuales
respectivamente y su conjunto viene a representar un 3 por ciento del comercio internacional.
Nueva Zelanda se considera el país del mundo que goza de más alto nivel de vida.
El norte de Africa y más concretamente Marruecos, Argelia, Túnez y Egipto, sostienen
importante comercio exterior y sus recientes progresos hacen prever considerable aumento.
Pero donde el comercio exterior alcanza proporciones tan elevadas como en Europa es en
Sudáfrica, debido a su gran producción de oro y diamantes, que no es posible colocar en el
mercado interior. La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas representa una sexta parte del
mundo, poco menos que cerrada al comercio internacional. La necesidad de industrializarse y
de elevar el nivel de vida de su población, relativamente escaso, no ofrece ningún margen de
excedentes, salvo en contados productos, y teniendo poco que ofrecer, no se halla tampoco en
condiciones de comprar.