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GEOGRAFIA ECONOMICA - La caza y la pesca
POR QUE ALGUNOS PUEBLOS SON PESCADORES
Las condiciones físicas de ciertas tierras y la necesidad de sus habitantes de proporcionarse
alimentos es lo que directa o indirectamente induce a dedicarse a la pesca a algunas poblaciones.
Noruega apenas si conoce el cultivo, que cubre solamente el 2 y2 por ciento de su suelo; algo
similar ocurre en Escocia, donde hay sólo un 15 por ciento cultivado, Islandia y Newfoundland,
prácticamente sin cultivos, como Alaska y el oeste del Canadá. La tradición pesquera es
universal en todas las costas del planeta, pero se acentúa en tierras pobres y frías, donde no sólo
constituye un recurso natural de gran valor, sino que ofrece la oportunidad de organizar una
industria de exportación y asegurarse con ella la provisión de muchos artículos de consumo de
que carecen. La posesión de bosques y maderas facilita la empresa al proporcionar materiales de
construcción de embarcaciones. Por lo demás, la industria de la pesca, no siendo una industria
transformativa, no necesita de materias primas ni el empleo de grandes capitales. La
organización de la pesca en las costas, especialmente en Europa y Asia, ha sido un modelo de
colectivismo transmitido sin casi variaciones a través de las generaciones; la comunidad de labor
y de peligro, la modestia de las empresas, la forzada convivencia en tierra y en mar y la
realización y distribución inmediata del fruto del trabajo imponen, en cierta manera, esta clase
de régimen económico-jurídico; pero en las más vastas empresas de la pesca de alta mar, salvo
por algunas modestas organizaciones cooperativas, la empresa capitalista es el tipo general de
esta importante organización industrial.
Las pérdidas no son frecuentes, porque la industria está en condiciones de evitar la
sobreproducción y, por lo general, no tiene por qué temer la competencia. Cuando la escasez de
pescado o la saturación de los mercados imponen la restricción o suspensión de las actividades,
el capital sufre poco, porque ni es de gran volumen, ni sufre deterioro. Los que sufren son los
hombres empleados en la industria, que quedan eventualmente sin trabajo. Tampoco para ellos
es esto novedad, porque los temporales, las estaciones y otros meteoros imprimen a sus
actividades un carácter temporario.