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GEOGRAFIA ECONOMICA - Aprovechamientos forestales
BOSQUES DE MADERAS BLANDAS
Una ventaja importante de estos bosques consiste en ofrecer dilatadas superficies de una misma
especie. En la costa norteamericana del Pacífico las variedades de coníferas de madera blanda
son presididas por el majestuoso abeto Douglas, que alcanza diámetros de 2 metros y alturas de
80; su madera es resistente, apta para toda clase de construcciones, y ella constituye la quinta
parte de la madera que se corta en los Estados Unidos. Las explotaciones en estos grandes
centros de producción maderera resultan tanto un problema económico como un problema de
ingeniería. Hay que colocar instalaciones eléctricas para el corte, fraccionamiento, aserraderos y
transportes. Estos se realizan por medio de cables movidos por motores de vapor o por una
polea sujeta a la parte superior de un mástil, o arrastrando el tronco suspendido de un cable
tendido entre dos mástiles si el terreno es accidentado, o por medio de tractores orugas, que son
hoy día los más utilizados. Aunque en todas partes se utilizan las corrientes de los ríos cuando
no son impetuosas, donde no hay río se tienden los rieles y el ferrocarril aparece en el corazón
de la selva. De esta manera pueden establecerse grandes campamentos y un trabajo rotativo que
aumenta enormemente el rendimiento de la mano de obra.
Sin embargo, tomando por ejemplo a los Estados Unidos, la progresiva reducción de las
superficies boscosas obliga a pensar en la confección de un plan que permita atender las
necesidades del porvenir. Los bosques de coníferas y maderas duras del sudeste rinden apenas
la mitad del volumen de madera que proporcionaban veinticinco años atrás. Se da el caso que la
tierra y el clima son muy superiores a los del Norte y del Oeste para esta clase de vegetación,
pues valiosas coníferas y árboles de hoja caduca logran el tamaño suficiente para ser utilizados
en los aserraderos, o sea 45 centímetros de base, en sólo una sexta parte
del tiempo que
requieren las coníferas y otros árboles en el Norte. Tampoco están tan expuestos a plagas y
epidemias como la que, mientras escribimos estas líneas, está diezmando los bosques de la
región central del Canadá. El principal enemigo del árbol en las tierras más calientes es el
peligro de incendios, pero pueden prevenirse por muchos medíos, uno de ellos fraccionando el
monte. El sistema europeo de delimitar las superficies de bosque y cultivo y de convertir cada
entidad rústica en un complejo de monte, cultivo, ganadería y granja, no se presta a la
concepción moderna de producción en serie y en masa, pero detenta todos los honores de la
conservación de la fertilidad y aprovechamiento máximo del suelo, creando unidades
económicas de poco vuelo pero invulnerables a las crisis periódicas.
Los países del norte de Europa, Noruega, Suecia y Finlandia, que hace siglos
explotan sus
grandes reservas forestales,
han sabido combinar las exigencias de
la reproducción con la
producción máxima, la comercialización ventajosa y la
industrialización moderna. La
proximidad a un mercado tan importante como el continente europeo asegura la colocación de
sus maderas, de su pulpa, su papel, sus postes, sus traviesas de ferrocarril, sus fósforos y otros
derivados. El Estado es el dueño del 60 por ciento de los bosques de Finlandia, del 50 por ciento
en Noruega y de una
proporción muy alta en
Suecia. El consumo per capita es de 36 metros
cúbicos de madera por año en
Noruega, 40 en Suecia y 90
en Finlandia, y la madera
y sus
productos constituyen las cuatro quintas partes de las exportaciones de Finlandia, cerca de la
mitad de las de Suecia y un
tercio de las de Noruega.
El movimiento en los numerosos
aserraderos del
golfo de Botnia o del de Finlandia es tanto o más intenso que el de los
alrededores de Vancouver o Seattle en las costas americanas del Pacífico. Muchas de las
empresas de explotación forestal son cooperativas obreras.
Aunque en las Repúblicas Socialistas Soviéticas el con-. sumo de madera por habitante es de 21
metros cúbicos por año, la explotación de los bosques se lleva con parsimonia y sus reservas
forestales más bien aumentan que disminuyen. El transporte de maderas tiene que hacerse por
ferrocarril, pues los ríos de la taima curásica desembocan en el Artico y, aparte de los hielos que
bloquean este mar gran parte del año, se las alejaría de los centros de consumo si se utilizaran
las corrientes de aquellos ríos. La explotación de la taiga que se extiende desde Finlandia al Mar
de Okhotsk, una de las más extensas y ricas del mundo, es una organización del Estado, dirigida
con métodos científicos y empleando los más modernos procedimientos mecánicos. En China,
donde se sufren las consecuencias de la destrucción forestal y las grandes inundaciones causan
estragos periódicos, la superficie forestal cubre un 7 por ciento de su inmenso territorio y su
explotación es intensa pero de tipo primitivo, con el resultado de que la madera es escasa y cara.
En el hemisferio sur los bosques de madera blanda son pocos y mal repartidos, de forma que el
hemisferio norte provee al consumo de importantes centros de población como Buenos Aires y
Montevideo. Esos bosques se hallan confinados a regiones accidentadas y húmedas de América
del Sur, Australia oriental, Tasmania y Nueva Zelanda. El pino de Paraná es una especie que
predomina en la cuenca de este gran río y que alcanza a 2,5 metros de diámetro y una altura de
30. Los bosques de alerces, hayas, robles, cedros y pinos chilenos de los Andes meridionales, sin
ser muy extensos, constituyen una reserva que el sentido previsor de los gobiernos de Chile
aumenta en forma apreciable. Australia tiene menos de un 6 por ciento de su superficie plantada
de árboles. en especial de eucaliptos, de madera dura y quebradiza. El kauri alcanza a 55 metros
de tronco limpio de ramas y hasta 90 metros con la copa. Abunda también en Nueva Zelanda,
tierra exuberante, con bosques de pinos, totoras, hayas y tawas, donde la explotación es más
intensa y la exportación de maderas tiene alguna importancia. En Sudáfrica los bosques no
llegan a cubrir el 1 por ciento de la superficie; el tanino de zarzo se utiliza allí y también se
exporta.