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BOTÁNICA –La hoja
NERVACIÓN DE LA HOJA
En el limbo se distingue con facilidad, observando principalmente su faz dorsal, una red de
cordones más o menos delicados, que son las nervaduras, cuyo conjunto constituye la
nervación de la hoja.
La nervación presenta diversas categorías, unas más gruesas, otras más finas, formando como
un enrejado que sustenta el tejido parenquimatoso de la hoja. Generalmente hay una
nervadura principal que divide el limbo en dos partes iguales y que se prolonga en el pecíolo.
De esta nervadura principal parten otras, que son las secundarias, y de éstas las terciarias, etc.
Las ramificaciones de las nervaduras se esparcen por toda la hoja, de modo que el eje
principal se subdivide en muchas ramas formando como un reticulado de trama pequeña, a
semejanza de los capilares sanguíneos del organismo animal. Por otra parte, las funciones de
ambos tienen notables semejanzas entre sí, ya que las finas ramificaciones de las nervaduras
constituyen un sistema de irrigación muy perfeccionado que lleva el agua a toda la lámina
foliar. La nervación capilar puede cerrarse en sus extremos o puede anastomosarse, uniéndose
las nervaduras más finas, quedando unas en comunicación con otras, con lo que se facilita de
esta manera la mejor difusión de los líquidos.
Las ramificaciones libres, o sea las cerradas en sus extremos, son comunes en los helechos, con
algunas excepciones, y en las plantas del grupo de las coníferas, mientras que las
ramificaciones anastomosadas son comunes en las Monocotiledóneas y en las Dicotiledóneas.
Se puede mostrar la importancia del tipo de la nervación anastomosada haciendo el corte en
una hoja con nervaduras libres y otra con nervaduras anastomosadas. En la primera, al cabo
de unos pocos días, la parte situada por encima del corte toma un tinte clorótico y muere, lo
que no sucede en las hojas de nervadura anastomosada, donde queda viva toda la hoja. Esto
se explica fácilmente. En las nervaduras anastomosadas, el corte hecho en los vasos no impide
la circulación del agua en la parte situada por encima del corte, mientras que en el otro caso el
seccionamiento de los vasos impide la irrigación de esa parte.
De acuerdo con la nervación las hojas se pueden clasificar en cuatro grupos:
a) Hojas uninervias o de nervación simple, cuando presentan una nervadura sin
ramificaciones, como, por ejemplo, la hoja del pino.
b) Hojas penninervias o de nervación pinada, cuando presentan una nervadura principal con
nervaduras secundarias, dispuestas a semejanza de astil en una pluma de ave.
c) Hojas palminervias o de nervación palmada, cuando de la base del limbo parten varias
nervaduras principales (nervaduras de igual desarrollo), que se irradian por el limbo a
manera de dedos de una mano (también denominadas por eso digitonervias). En este tipo de
nervación puede suceder que el pecíolo tenga su inserción en el interior, casi en el centro del
limbo, caso en que la nervación se denomina peltada o peltinervia.
d) Hojas paralelinervias, cuando las nervaduras parten de la base del limbo, con una más
desarrollada en el centro, corriendo más o menos paralelamente al limbo.
Hojas: a, d, penninervias; b, paralelinervias; c, curvinervias.
Un tipo menos común de nervación es aquel en que las nervaduras se presentan en forma de
abanico —flabeninervios—, como en ciertas palmeras.