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BOTÁNICA –La flor
ANDROCEO
Es el órgano sexual masculino de la planta y está constituido por un número variable de
piezas semejantes, denominadas estambres, insertos en el receptáculo a niveles variables de
acuerdo con las diversas especies. Como las demás partes de los verticilos florales, los
estambres están constituidos por hojas modificadas, siendo la naturaleza foliar menos nítida
que la de las otras piezas del perianto. La transición entre el pétalo y el estambre {estambre
petaloide) puede ser fácilmente observada en las flores dobles.
El estambre está constituido normalmente por una parte principal, la antera, en la cual se
forman los elementos fecundantes, granos de polen o microspora, y el filamento, que
corresponde al pecíolo de la hoja, que está casi siempre constituido por un astil delgado que
sustenta a la antera. Puede faltar el filamento, siendo entonces la antera sésil. Algunas veces
las anteras se atrofian y desaparecen, tomando el nombre de estarninodios, frecuentemente
con apariencia petaloide.
El filamento y la antera suelen alcanzar desarrollos y dimensiones variables.
Estambre visto de frente y por detrís, A y B: f, filamento; p, antera; c, conectivo; C, corte
transversal de una antera, mostrando la parte interior de la pared, llamada entlolecio y la
parte exterior o exotecio.
Si el filamento es indiviso, el estambre se llama simple, y si presenta ramificaciones es
entonces compuesto. Cuando se presenta este caso el androceo recibe el nombre especial de
meristémone. Por su parte las ramificaciones que presenta el filamento pueden ser también
laterales o apicales. 
Cuando todos los estambres son iguales y están colocados simétricamente con relación a un
eje, el androceo se denomina regular, siendo irregular en el caso contrario. En el androceo
irregular se observan dos casos referentes al número y a las dimensiones de los estambres:
a) Habiendo cuatro estambres, dos son mayores y dos menores y se llaman didinamos, y el
fenómeno es denominado didinamia, común en la familia de las Labiadas.
b) Habiendo seis estambres, cuatro mayores y dos menores, se llaman letra-dínamos,
denominándose tetradinamia al fenómeno, caso que es observado en las Cruciferas.
Muy variable es el número de estambres, dándose el nombre de monandria, diandria,
Iriandria... y poliandria, según las flores tengan uno, dos, tres... o numerosos estambres.
Por la comparación entre el número de estambres y el de las piezas de cada uno de los otros
verticilos se puede verificar la gran variación en su número, dándose la siguiente clasificación
al androceo:
Isostémono es el androceo en que el número de estambres es idéntico al de las demás piezas
de la flor y se hallan en un solo verticilo.
Anisoslémono, cuando el número de estambres es diferente del de las demás piezas de los
otros verticilos.
Diploslémono, si el número es doble y los estambres están dispuestos en dos verticilos.
Polislémono, en que los estambres están en número varias veces mayor que el de las piezas de
los otros verticilos.
Los estambres pueden estar libres o soldados entre sí. En el primer caso el androceo se llama
dialistémono y en el segundo gamuslémono. Cuando el androceo es gamostémono los
estambres pueden unirse tanto por los filamentos como por las anteras; adelfia es el nombre
dado a la soldadura de los filamentos y sinanleria o singenesia a la de las anteras.
En la adelfia los estambres pueden estar en uno o en diversos haces de una misma flor, siendo
entonces denominados monadelfos, diadelfos o poliadelfos según estén en uno, dos o
diversos haces.
Algunas plantas presentan los estambres insertos en una columna llamada andróforo: como
en las Malváceas, por ejemplo, en la flor comúnmente denominada rosa de la China (Hibiscus
rosa sinensis).
La unión de la antera y el filamento se realiza de diversas formas, que indujeron a los
botánicos a dar nombres especiales a la antera, como:
Basifija, cuando la antera se une al filamento por su base, con apariencia de una continuación
de éste.
Apicefija o colgante, si el filamento se une al ápice de la antera, que queda como volcada hacia
abajo.
Medifija u oscilante, cuando el filamento se une a la parte media de la región dorsal de la
antera, permitiéndole una ligera oscilación.
Anteras: a, basifija; b, dorsifija; c, medifija.
Generalmente cilindricos y de longitud variable, los filamentos pueden ser alargados, con
aspecto petaloide o con una parte dilatada en el ápice o en la base.
Puede ser: capilar, cuando es fino, comparable a un cabello; claviforme, cuando asemeja una
clava o masa; nudoso, si tiene nudos o dilataciones sucesivas; subulado, si es fino en la punta;
tricúspide, cuando termina en tres puntas.
La antera está constituida generalmente por dos cavidades o tecas, una de cada lado del punto
de inserción del filamento, unidas entre sí por una membrana especial denominada conectivo
y subdividida en dos sacos polínicos.
No presenta siempre la misma forma y generalmente es de color amarillo, aunque puede ser
también azulada o rojiza. Por lo común, presenta forma ovoide u oblonga, pudiendo ser
también lineal, globosa, cordiforme, bicórnea o sagitada.
Los sacos polínicos, a pesar de que generalmente son dos, suelen presentar mayor número por
la formación de paredes transversales en las tecas.
El desarrollo del conectivo, al determinar la posición de los sacos polínicos con relación al eje
de la flor, influye en la orientación según la cual la antera se abre en el momento de liberar el
polen, fenómeno que se llama dehiscencia. La dehiscencia puede producirse hacia adentro,
caso general denominado dehiscencia introrsa, o para afuera, hacia el exterior de la flor, o
dehiscencia extrorsa; también se puede efectuar por el margen lateral de la antera: dehiscencia
lateral. A esos tres tipos de dehiscencia se les puede dar el nombre general de dehiscencia
longitudinal. Otros procesos de dehiscencia menos comunes son: poricida, que se produce por
medio de pequeños orificios o poros localizados en la extremidad superior de la antera;
valvicida o valvar, considerada una variante de la anterior, estando los poros dotados de
opérculos o válvulas que regulan la caída del polen.