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BOTÁNICA – La constitución íntima de los vegetales
TEJIDOS CONDUCTORES
Están destinados al transporte del agua y de las sustancias por ella disueltas, por el cuerpo de
la planta.
De esos tejidos, el más importante es el vascular, que realiza prácticamente todo ese
transporte.
Está formado por células comprimidas, de forma tubular, con paredes lignificadas y sin
plasma. Son células muertas, por lo tanto, con paredes engrosadas de relieve o espesamientos
variados, que les dan gran resistencia a la presión, lo que evita la obstrucción de los tubos
conductores de los líquidos orgánicos.
Cuando las membranas entre dos células vasculares inmediatas desaparecen, se hace la
distinción entre vasos abiertos o tráqueas, en este caso, y vasos cerrados o traqueidas cuando
persisten las membranas transversales entre dos células consecutivas.
El espesamiento de las paredes de las traqueidas puede presentar diversas formas, tales como
en espiral, en hélice, en anillo, punteado, etc., tomando entonces el nombre de traqueidas
espirales, helicoidales o anilladas.
Existen en toda la planta, desde la raíz al extremo de la última hoja, irrigándola con todos los
líquidos necesarios para su vida.
Además del tejido vascular, hay otras categorías de tejidos conductores, como el tejido
criboso, dotado de membranas más delgadas, con las divisiones transversales perforadas, de
donde le viene el nombre de criboso (de criba, lleno de poros). En este tejido, las células
mantienen el citoplasma durante los fenómenos de diferenciación, y el núcleo, al principio
visible, se vuelve invisible con el envejecimiento del tejido.
A la membrana cribosa se da el nombre de placa perforada o placa cribosa, la que, durante los
períodos de reposo de la planta, es obturada por una sustancia denominada callosa, que, al
obstruir los poros, interrumpe las comunicaciones entre los tubos cribosos, permitiendo a la
planta mantenerse sin decaimiento durante largo tiempo.
Tubos cribosos de la calabaza (Cucúrbita pepo). A la izquierda se ven fragmentos de dos
tubos cribosos y a la derecha se nota perfectamente la piara perforada o placa cribosa.
Al conjunto de tubos cribosos, células vecinas o anexas y parénquima, se le denomina
hacecillo criboso o liberiano, que, debido a su blandura con relación a los vasos leñosos (tejido
vascular lignificado, como hemos dicho), toma el nombre de floema (que en griego significa
corteza blanda del árbol).
A la asociación de traqueidas, tráqueas y parénquima, que da origen al leño de las plantas, se
le denomina tejido leñoso, xilema o hadroma.
Estos dos sistemas conductores se encuentran en tal forma unidos en los tallos de estructura
primaria, que forman una vasta red de tubos esparcidos por todo el vegetal, tomando el
nombre de haz cribo-vascular o libero-leñoso.
Cuando esos haces están acompañados de tejidos de sustentación (fibras), llevan el nombre de
fibro-vasculares.
En síntesis, los vasos leñosos sirven para la circulación de la savia bruta en los vegetales, y por
los tubos cribosos circula la llamada savia elaborada.