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BOTÁNICA – La constitución íntima de los vegetales
Poseyendo varios órganos destinados a desempeñar diferentes funciones, se reservó a las
plantas superiores el nombre de plantas organizadas.
Esa organización se basa en la mayor división del trabajo, que se observa más cuanto más
desarrollado y complejo es el organismo.
Los seres inferiores tienen una organización más elemental que los seres superiores. Ciertas
algas, por ejemplo, que son vegetales inferiores, no tienen raíces ni están diferenciadas en
ramas y hojas, o sea, que la división de trabajo no exige una complejidad de organización,
pero ya son mucho más complejas que las bacterias, organismos unicelulares. Los vegetales
unicelulares que viven en medio líquido, presentan generalmente una forma esférica o
esferoidal. Con el avance de la evolución orgánica y la especialización de las funciones de las
diversas partes del organismo vegetal, las células se fueron agrupando de varios modos para
dar nacimiento a seres más complejos, capaces de adaptarse a los diferentes medios en que
viven.
Esa agrupación de células, morfológicamente análogas, destinadas a una misma función
fisiológica, se denomina tejido.
Definiéndolo mejor, diremos que el tejido vegetal es un conjunto de células revestidas de
membranas e íntimamente unidas entre sí.
Las células que componen un mismo tejido, presentan siempre el mismo grado de
diferenciación morfológica y ejercen en el vegetal las mismas funciones fisiológicas. En su
clasificación no se puede tomar una base puramente morfológica, ni se puede fundamentar en
un criterio puramente fisiológico, ya que se observa por una parte que los tejidos de un mismo
origen morfológico desempeñan funciones diversas y, por otra parte, que una misma función
puede ser ejercida por tejidos de origen diferente.
Siendo así, se desprende que los vegetales están formados por sistemas de tejidos, cada uno
de los cuales desempeña una función particular en su cuerpo.
De un modo general, hay dos grandes grupos de tejidos. En uno de ellos, las células
conservan la facultad de dividirse durante mucho tiempo, manteniendo su carácter
embrionario. A estos tejidos se les da el nombre de embrionarios o meristemáticos (meristema,
del griego merizo = dividir). El otro grupo encierra los tejidos cuyas células pierden la
facultad de dividirse, teniendo forma definitiva, por lo cual se denominan tejidos adultos,
definitivos o permanentes.