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BOTÁNICA – Las talófitas
BACTERIAS
Las bacterias, que son también organismos uni o pluricelulares, se presentan en diversas
formas, denominadas, según sean redondas o comprimidas en forma de pequeños bastones,
Coccus y Bacillus, en castellano cocos y bacilos. Cuando los bacilos son curvados toman el
nombre de vibriones, y si se presentan en espiral se denominan espirilos.
Diversas formas de bacterias: 1, coco; 2, diplococo; 3, gonococo; 4, sarcina; 5, estafilococo; 6,
estreptococo; 7 y 8, espirilos; 9, bacilo; 10, vibrión.
Si los cocos se reúnen en pares, se denominan diplococos; si se presentan en fila son llamados
estreptococos y si se presentan agrupados como racimos de uvas, reciben el nombre general
de estafilococos.
Algunas bacterias se mueven por medio de contracciones de la célula que constituye su
cuerpo, pero en general están munidas de cilias o flagelos, que representan el aparato
locomotor. De acuerdo con la ausencia o con el número de cilias, se denominan atriquias, mo-
notriquias, anfitriquias, lofotriquias o peritriquias.
Casi en su totalidad las bacterias son parásitas o saprofitas; existen algunas que pueden
realizar la foto o quimiosíntesis, siendo éstas útiles al hombre. De acuerdo con la respiración,
pueden ser aerobias o anaerobias, según exijan o no la presencia de oxígeno libre para vivir.
Existen bacterias que producen diversos pigmentos, mientras que otras pueden emitir
fosforescencia.
Las bacterias tienen gran importancia para la economía humana, por cuanto encierran
numerosas especies patógenas que causan infecciones al hombre, los animales domésticos y
las plantas.
La tuberculosis, la peste bubónica, el carbunclo, la gripe, la fiebre tifoidea, la sífilis y tantas
otras enfermedades son causadas por bacterias.
Algunas especies son, por otra parte, útiles al hombre, por ejemplo el Bacillus nictrobacter,
que transforma el nitrógeno no asimilable del suelo y de los abonos en nitrógeno asimilable
para las plantas; el Bacillus radicicola, que permite a las plantas, en suelos pobres en
nitrógeno, aprovechar el ázoe del aire; y las que provocan las fermentaciones acética, láctica,
etc., imprescindibles para diversas industrias de la alimentación humana.