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BOTÁNICA – El tallo
FORMAS DEL TALLO
El ápice del tallo cubierto por las hojas nuevas que aún tienen que abrirse y crecer, se llama
cono terminal o yema foliar. Con el desarrollo del tallo el lugar donde se inserta la hoja sufre
modificaciones en su estructura, espesándose, y toma entonces el nombre de nudo, mientras
que los espacios entre dos nudos se llaman entrenados.
El aspecto exterior de los tallos y la distancia mayor o menor entre las hojas dependen del
desarrollo de los entre-nudos, que pueden ser comprimidos o cortos. En muchas plantas los
tallos no emiten ramas, como en las palmeras, pero generalmente hay formación de ellas, lo
que obedece a leyes de simetría. En las plantas inferiores y en muchas cormofitas la
producción de las ramas es dicotómica, o sea el ápice de crecimiento de los órganos se bifurca
originando dos nuevos ápices de crecimiento y formando una horquilla. En la otra forma,
llamada monopódica, las ramas aparecen debajo del ápice de crecimiento.
Tipos de ramificación del tallo: A, monopódico; B, dicotómico; C, simpódico.
En las plantas superiores la ramificación del tallo corresponde rigurosamente a la disposición
de las hojas y principalmente al cono o yema lateral (botón foliar), que se encuentra siempre
entre el nudo y el lugar de inserción de la hoja, o sea en la axila. Se da el nombre de yema o
botón principal o terminal al que aparece en el ápice del tallo y de botones o yemas laterales o
axilares a los que aparecen en las axilas de las hojas o también en los ápices de las ramas.
Una variante de la ramificación monopódica típica es la denominada ramificación simpódica,
en la cual el botón principal muere rápidamente y el crecimiento es producido por los botones
laterales, desapareciendo el verdadero tallo principal para ser sustituido por ramas laterales.
La ramificación del tallo se puede complicar al aparecer sobre las ramas del tallo principal
otras ramificaciones, y de éstas otras, y así sucesivamente. Se usa la denominación de ramas
primarias, secundarias, terciarias, etc.
En los grandes árboles el tallo principal, que se desarrolla de modo notable, toma el nombre
de tronco y el conjunto de las ramificaciones (primarias, secundarias, terciarias, etc.) toma el
nombre de copa. En los troncos, los botones o yemas axilares son casi invisibles y se llaman
botones o yemas durmientes o latentes, que se desarrollan cuando accidental o
intencionalmente se suprimen las ramificaciones, dejando sólo el tallo principal.
La longevidad del tallo determina la de la propia planta, habiendo árboles que pueden vivir
hasta 3.000 años, como el tejo (Taxus baccata), el castaño de Europa (Castanea sativa), el
alcornoque (Quercus); el cedro del Líbano (Cedros Libani) puede vivir, según casos
comprobados, hasta 2.000 años.
El desarrollo del tallo y sus ramas determina el aspecto de la planta, al que se da el nombre de
hábito (hábito de la planta).
Según la posición, los tallos pueden denominarse erectos, rastreros, volubles y trepadores.
Tallos volubles de lúpulo (Humulus lupulo) y de Dioscorea batata.
Cuando los tallos mantienen aspecto herbáceo, las plantas se denominan hierbas,
distinguiéndose de los árboles y arbustos, que poseen tallos leñosos, vivaces.
Se da el nombre de árbol a una planta cuyo tallo principal o tronco tiene un desarrollo
particularmente vigoroso en comparación con sus ramificaciones. En los arbustos las ramas
tienen un desarrollo igual o casi igual al del tallo principal y no se las puede distinguir de éste,
ya que todas las ramificaciones parten de la base del tallo principal.
Las plantas de tallo herbáceo pueden ser anuales si el desarrollo se completa en el año,
muriendo en seguida; bienales si se completa en dos años, y vivaces cuando una parte del
tallo se mantiene viva, dando anualmente nuevos brotes en los lugares de la parte muerta del
año precedente.