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BOTÁNICA – El agua en la economía de las plantas
TRANSPIRACIÓN
La transpiración vegetal es la función por la cual las plantas eliminan vapor de agua. Obedece
a las mismas leyes que regulan la evaporación en cualquier sistema físico.
La intensidad de transpiración en una célula vegetal depende de su estado de saturación y del
de la atmósfera, o sea la humedad relativa del aire. Cuando el aire está saturado de humedad
la transpiración debe cesar.
La transpiración excesiva es uno de los mayores peligros para las plantas terrestres. Las
regiones de aire excesivamente seco son en general desérticas, porque la excesiva
transpiración no permite la vida vegetal, mientras que en las regiones húmedas la vegetación
es siempre exuberante. Aun en los climas húmedos las plantas deben protegerse contra los
excesos de evaporación durante las épocas secas. Para eso casi todas las plantas están
protegidas por la epidermis, que es una capa especial de células íntimamente ligadas entre sí
sin dejar espacios intercelulares. La epidermis está además protegida exteriormente por una
película denominada cutícula, formada por sustancias grasas que son poco permeables al
agua, de modo que impiden o dificultan la transpiración.
Debe notarse, no obstante, que la protección o el aislamiento no es absoluto. Ninguna planta
podría vivir completamente aislada del ambiente. La epidermis sólo regulariza la
transpiración, la que se produce por medio de los estomas, que están munidos de un
mecanismo capaz de regular el incesante intercambio de gases entre la planta y el ambiente.
Las plantas de climas sujetos a largos períodos de sequía, llamadas plantas xerófitas, están
dotadas de estomas de funcionamiento rápido, y tienen la cutícula generalmente muy gruesa.
Además, dichas plantas dejan caer sus hojas al iniciarse la estación seca, disminuyendo así la
superficie de transpiración. Lo mismo se produce en los climas fríos, sujetos a la caída de
nieve. Los árboles pierden las hojas debido a la sequedad del aire, o a la sequedad fisiológica
del suelo, motivada por las bajas temperaturas, que impide la absorción del agua por las
raíces.
La falta de hojas, que regulariza los períodos de transpiración periódica en los casos anotados,
puede volverse permanente en las regiones que son siempre muy secas. En estos casos los
tallos están adaptados a los fenómenos de fotosíntesis, adquiriendo mayor superficie y con
clorofila, como en el caso de las Cactáceas y de algunas Euforbiáceas en las regiones áridas y
semiáridas.
Hay aún otro recurso de la naturaleza para proteger las plantas de las regiones secas, que es el
de almacenamiento de agua en el tallo y en las hojas. Es el caso de las llamadas plantas crasas
o suculentas; por ejemplo, el áloe (Aloe, sp. varias), las Cactáceas, algunas Asclepiadáceas,
Aizoáceas, etc.
En la transpiración, el agua se evapora, es decir, se elimina en estado de vapor.