Textos    |    Libros Gratis    |    Recetas

 

.
ZOOLOGIA - Los arácnidos
LA CAPTURA DE LAS PRESAS
Las arañas que viven en las telas no van al encuentro de sus presas; se quedan en acecho en el
centro de las mismas, o en un refugio que construyen, y allí esperan pacientemente a que algún
insecto se enrede incautamente en la tela. Los hilos, viscosos, se pegan al insecto, que se debate
furiosamente; la araña abandona entonces súbitamente su refugio, corre sobre la presa, le aplica
un mordisco e inmediatamente, con sus patas posteriores, la ata y la envuelve en sus hilos.
Después, chupa tranquilamente los jugos de su víctima y arroja fuera los restos secos.
LAS MANDIBULAS DE LAS ARAÑAS
Las arañas tienen la boca muy sencilla; la abertura bucal está limitada en su parte superior por un
labio y provista de dos fuertes mandíbulas o quelíceros, extraordinariamente desarrollados. Cada
mandíbula se encuentra formada por dos artejos, el último en forma de penetrante garra. Las
garras de las dos mandíbulas están dispuestas paralelamente, en posición vertical, o se cruzan
entre sí, horizontalmente. Estas mandíbulas están en
relación con glándulas que producen un
líquido más o menos venenoso, según las especies.
ARAÑAS VENENOSAS
Todas las arañas poseen glándulas cuyo veneno es inoculado por los quelíceros, terminados en
garras. Por medio de su mordedura ponzoñosa es como cazan e inmovilizan a sus víctimas.
Naturalmente, la mayoría de las arañas, de tamaño muy pequeño, poseen una cantidad de veneno
poco apreciable, de manera que no son peligrosas para los animales grandes ni para el hombre.
Las grandes arañas, sin embargo, como las arañas pollitos, las Lycosa y los Ctenus, matan
animales pequeños y, cuando pican a animales mayores o al hombre, les causan trastornos locales
o nerviosos.