PSICOLOGIA - La vida personal es un constante aprendizaje
Para determinar una reacción de inactivación en un recién nacido humano se requiere privarle
bruscamente de su base de sustentación, dejándole caer una fracción de segundo en el aire;
para provocar su reacción de irritación se precisa impedir mecánicamente su libertad
espontánea de movimientos y para lograr su reacción afectuosa se necesita hacerle "caricias",
consistentes en leves y rítmicas, suaves y más bien lentas presiones en algunos puntos
especialmente sensibles de su cuerpo (la sotabarba, las nalgas, la zona que rodea los pezones,
etc.). Pero a partir de ese momento, cada vez será mayor el número de los modos de obtener
esas reacciones. Estas, a su vez, se irán matizando y adquiriendo nuevas formas de
manifestarse. Todo ello se debe a un proceso de constante adecuación a las variaciones de la
experiencia y de fijación de las reacciones que han tenido éxito para lograr restablecer el
equilibrio entre el Ser y su ambiente.
Tal proceso se denomina "aprendizaje" y está en constante actividad durante nuestra vida,
aun cuando por un mal uso del lenguaje muchas gentes se creen que solamente aprenden
cuando se proponen hacerlo (mediante una observación o un estudio atentos). Lo cierto es, no
obstante, que aparte de ese tipo de aprendizaje, que podríamos denominar voluntario, existe
otro, mucho más extenso y constante, pero que no se acompaña ni de impresión de esfuerzo,
ni siquiera de conciencia, de modo que el sujeto "ignora que está aprendiendo". Este segundo
tipo se denomina "aprendizaje inconsciente o instintivo" y consiste esencialmente en la
formación de reflejos asociativos condicionados; su importancia merece que le dediquemos un
examen especial.
