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PRIMEROS AUXILIOS - Fracturas y luxaciones
Los grandes traumatismos pueden ocasionar la rotura del armazón del cuerpo, fracturas, o la
pérdida de
las relaciones normales de los huesos a nivel de los puntos en que se articulan
entre sí, luxaciones.
La fractura se define como una solución de continuidad del hueso; es en sí una rotura del
armazón, de la base en que se apoyan y sostienen los demás elementos orgánicos. Pero como
es difícil, salvo condiciones especiales del hueso, que la lesión lo ataque aisladamente, la
fractura incluye necesariamente una lesión de mayor o menor intensidad de las partes blandas
vecinas al asiento del trauma. En la acción de un agente agresor sobre el cuerpo humano,
fracturas de causa directa, habrá ante todo un traumatismo de las partes blandas y en el
momento en que éstas no pueden amortiguar la totalidad de la fuerza, ésta actuará sobre el
hueso.
En las fracturas de causa indirecta, torsión forzada, por ejemplo, el mecanismo es más
complejo. La acción de las fuerzas actúa principalmente sobre el hueso, siendo las lesiones de
los músculos, aponeurosis o de la piel ocasionadas de adentro a afuera y, por lo general, de
menor intensidad.
Radiografía de una fractura de pierna.
Las fracturas se reconocen por deformación del miembro y dolor localizado en el punto en que
radica esta deformación. Existe además un signo que no debe buscarse expresamente, pero
que podrá hallarse al examinar al lesionado; es la crepitación producida por el choque de los
fragmentos óseos al ser movilizado el miembro.
Una primera circunstancia se da rápidamente en las fracturas y luxaciones y presupone, desde
luego, clasificarlas en dos tipos: las que presentan heridas, fracturas o luxaciones expuestas y
las que se denominan cerradas, por no tener heridas que comuniquen el foco de fractura con el
exterior.
Una fractura abierta es una herida, un gran traumatismo, es decir, contusión o rotura de partes
blandas, músculos y vasos y ruptura del armazón óseo. En una fractura cerrada el trauma de
estos mismos elementos, al quedar libre de posibles contaminaciones del medio exterior,
podrá llegar fácilmente a la curación por los propios procesos biológicos de reparación. La
diferencia del pronóstico hace que muchos médicos denominen a esas fracturas abiertas o
expuestas, fracturas complicadas. La complicación nace de la gravedad que presenta toda
infección si llega hasta elementos tan profundos e íntimos del organismo, y de la dificultad de
obtener, en casi todos los casos, una buena limpieza preventiva de la infección en el acto
quirúrgico.
Las fracturas tienen también diferencia de pronóstico según su localización anatómica, la edad
y circunstancias del paciente, el número de los fragmentos, la dirección y el desplazamiento de
éstos; pero todo será cuidado del médico. Lo que el que auxilia tiene que saber es con qué
normas generales actuará para que el acto de la primera cura y el auxilio al accidentado no
representen otra complicación más que el profesional deberá superar.