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PERIODISMO - El periodismo como profesión
ETICA PERIODISTICA
Si el periódico es el libro de las muchedumbres, si la vida pública del ciudadano no se concibe
en las grandes ciudades sin la hoja informadora, si el gobierno del pueblo por el pueblo y para
el pueblo, es decir, la actuación ciudadana ha encontrado en el periódico su órgano para
discutir y apreciar el interés colectivo, necesario es que exista una ética específica del periodista.
La profesión de periodista debe tener por base la moral más desinteresada, un amor
inquebrantable a la verdad, una pasión heroica por la justicia y una devoción ilimitada al bien
común. Estos ideales que elevan al periodismo al concepto de cátedra y de sacerdocio, se
encuentran aminorados en la práctica por los peligros constantes que acechan a la prensa y,
por consiguiente, a los periodistas.
Se ha calificado a la prensa de cuarto poder, y en cierta manera con verdad. Y por lo mismo
que es grande su poder, es también muy solicitado para campañas no tan verdaderas, no tan
justas, no tan dedicadas al bien común. De ahí el que sean ciertas aquellas palabras de Balmes
en El Criterio, resumidas en estas dos verdades: "Los periódicos no lo dicen todo sobre las
personas. Los periódicos no lo dicen todo sobre las cosas".
Para poder cumplir los sacrosantos deberes que impone la profesión de periodista, para que un
periódico sea un verdadero eco de la opinión pública y no de los intereses creados de unos
pocos, periodista y periódico deben gozar de independencia.
Los periódicos, además de su misión informativa y de ser eco de la opinión pública, tienen
también otras finalidades u otras tendencias. Hoy las grandes empresas, los consorcios, y aun
los Estados se valen del cuarto poder para informar a su manera, para hacer resonar el eco de
lo que les conviene y silenciar lo que les desagrada, y para crear conciencias en vez de reflejar
hechos y tendencias.
El que haya prensa venal y periodistas al servicio de esa prensa, no merma el ministerio
docente de la prensa ni su objetivo primario, que es la información verdadera. Se dama contra
los estragos de la mala prensa, pero siempre desde el punto de vista negativo, procurando
denunciar sus peligros antes que hacer buenos periódicos.
Conviene tener presentes las palabras de un gran periodista norteamericano, José Pulitzer,
propietario del "New York World", quien tenía un elevado concepto de la profesión,
sintetizado en la definición del periódico, que puso al frente del suyo:
"El periódico debe ser una institución que luche siempre por el progreso y la reforma, que
nunca tolere la injusticia o la corrupción, que combata siempre a los demagogos de todos los
partidos, que no pertenezca a ninguno, opuesto siempre a los privilegios de clase y a los
explotadores públicos, con simpatías siempre para los pobres, siempre dedicado al bien
público, no satisfecho nunca con la simple impresión de noticias, siempre rabiosamente
independiente, nunca temeroso de atacar la sinrazón de la pobreza rapaz y de la aristocracia
depredadora."