MUSICA - Composición. Formas musicales
En la composición, o sea, en la construcción arquitectónica de las obras musicales, en el trabajo
de dar forma al conjunto de sus partes, interviene la inteligencia, o el razonamiento, tanto
como la inspiración, con la particularidad de que cuando la inspiración irrumpe en ella es,
muchas veces, para romper, con un inesperado rasgo de genio, la línea académica que marcara
la reposada y serena razón.
La forma musical obedece, como en toda obra de arte, a las leyes generales de la estética:
equilibrio, simetría, contraste, variedad en la unidad. La forma musical puede representarse
por el símbolo: A B A, en el cual A representa la primera idea, B la parte que sirve de contraste,
y la A segunda, la vuelta a la idea primera. Esta fórmula contiene las normas generales de
construcción de la obra artística.
Ahora bien, según sea la importancia y las dimensiones de la obra musical, cada una de sus
partes puede tomar un desarrollo más o menos amplio, y entonces cada una de ellas podrá
ofrecer también la forma a b a.
LIED
La forma más simple es la de lied, o canción. Esta se reduce a una sola idea A, quedando la
parte B limitada a un pequeño cambio, a una modulación momentánea, a unas ligeras
variaciones en la figuración melódica o del acompañamiento, a una pequeña diferencia en el
ritmo, en la expresión, o en la fuerza.
Tienen esta forma simple —A B A, con la parte central B más o menos desarrollada—
infinidad de tipos de obras que llevan diversos títulos como: romanzas, canciones sin palabras,
danzas ("minuetos", valses, mazurcas, polonesas, etc.), marchas, baladas, nocturnos, preludios,
intermezzos, rapsodias, etc.
