MUSICA - La música como arte
La música es un arte. Esto quiere decir que en su creación intervienen, de manera principal, la
intuición y la sensibilidad, ayudadas, como en toda obra humana, por la inteligencia y la
voluntad.
De todas las artes liberales —Pintura y Escultura, Poesía, Arquitectura y Música—, es en la
música en la que tiene una acción más intensa y más pura la intuición, que en este caso se
llama inspiración, porque la creación musical no se apoya en nada material ni concreto.
La música, como la poesía en todas sus formas, es un arte del tiempo, es decir que sus obras
tienen duración, pero no extensión. En cambio, las obras de la pintura, la escultura y la
arquitectura son cuerpos materiales que ocupan lugar en el espacio.
Además, la música no copia nada de la realidad exterior: los sonidos y sus combinaciones, que
forman la sustancia de la música, no existen en la naturaleza como tales. Ni el rumor de las
olas en el mar, ni el silbido del viento entre los árboles, ni aun el canto de los pájaros en celo, es
verdadera música, es decir, una obra del arte musical humano. La música no tiene modelo que
imitar del mundo que rodea al hombre; sus creaciones son puramente imaginativas; al
contrario de lo que sucede con la pintura y la escultura, para cuyas obras el artista copia, de
manera más o menos estilizada o combinada, elementos materiales de la naturaleza; lo mismo
que ocurre con la poesía, la cual describe acciones o pasiones, escenas o paisajes, de manera
subjetiva u objetiva, que el poeta pudo haber sentido, conocido o imaginado sobre la base del
acontecer de la vida y del alma humanas.
Pero el músico nunca oyó, fuera de su interior, melodías o armonías que copiar para realizar
su obra. Todo nació y se construyó en su interior; todo es
pura creación de su espíritu. La
música, pues, es un arte abstracto, imaginativo.
