Textos    |    Libros Gratis    |    Recetas

 

.
HISTORIA DE AMERICA - El Perú desde el gobierno de La Mar
EL CIVILISMO Y LA GUERRA DEL PACIFICO
Surge entonces el partido civilista, con su programa liberal: gobierno de los civiles y
enseñanza laica. Su adalid, Manuel Pardo, llega al poder —después del cuartelazo de los
coroneles Gutiérrez—gracias al apoyo de la armada. Sus tentativas de organización fiscal
fueron trabadas por un Congreso desafecto; además sufrió 28 motines de mayor o menor
consecuencia. Sin embargo, no quiso designar sucesor. Mariano I. Prado lo reemplazó por sus
cabales. Este llegaba al poder en plena catástrofe financiera. Para colmo se produce la guerra
del Pacífico, que venía preparándose desde 1836. Las dos expediciones de Santa Cruz así lo
demuestran. Además Perú tenía en el guano una riqueza capaz de nivelar sus claudicantes
finanzas, y el salitre representaba para ella y Bolivia un segundo (y brillante) recurso, en tanto
que Chile, estrechado entre los Andes y el mar, no podía contar más que con la conquista
guerrera para mejorar sus condiciones de existencia. La empresa era relativamente fácil para
ese país, heredero de una gran calidad militar autóctona, frente a dos naciones desarmadas.
Ante ello de nada valía la alianza peruano-boliviana. La causa inmediata (el impuesto
boliviano de $ 0,10 por bolsa de salitre) pudo ser obviada, pero la guerra tenía aquellas
profundas raíces económicas. La primera etapa, en el mar, estuvo a cargo del monitor Huáscar,
de Grau, que echó a pique o apresó barcos chilenos hasta que, por responder al reclamo
nacional, salió a hacer frente a la escuadra chilena. Sacrificio heroico, pero estéril: Grau y casi
todos sus oficiales, juramentados a no rendirse, fueron muertos por los chilenos, más
poderosos. Esto fue ya el fin virtual de la contienda.
A fines de 1879 Piérola tomó a su cargo el gobierno de Perú (y Campero ocupó la presidencia
de Bolivia). Tacna y Arica fueron tomadas por los chilenos. Esto sellaba la suerte de la guerra.
Al iniciarse 1881, los combates contra el ejército invasor se desarrollaron en Chorrillos y
Miraflores, a las puertas de Lima. La capital se entregó el 17 de enero. En los dos años de
ocupación chilena, los pierolistas mantuvieron la lucha, pero los conservadores se entregaron
a
un colaboracionismo tibio. Y aunque surgieron guerrillas en la sierra, hubo que firmar el
tratado de paz, en Ancón (20 de octubre de 1883), cediendo a Chile a perpetuidad la provincia
de Tarapacá y sometiendo a las de Tacna y Arica a un plebiscito que se celebraría a los diez
años de su ocupación por los chilenos.
Iglesias y Cáceres se disputan el poder. Por fin vence el segundo, llegando a la presidencia en
1886. El país está en la miseria. Se resuelve suspender el curso forzoso al papel moneda. Esto
trae una intensa paralización comercial. Para salir de ello y de la deuda pública de casi 550
millones de soles, hay que entregar los ferrocarriles, por 66 años, a la Peruvian Corporation,
así como dos millones de toneladas de guano y gruesas anualidades de moneda saneada,
durante treinta años. El final de este gobierno lo asume Morales Bermúdez, protegido por el
anterior hasta el extremo de tomar preso a su opositor, Piérola. Duran. te su presidencia es
realmente Valcárcel, su ministro, quien gobierna. Se firman acuerdos con Chile, Ecuador y
Bolivia sobre diferentes problemas; se dispone una matanza de pierolistas encarcelados. La
muerte de Morales Bermúdez es, según se dijo, una reacción contra aquello. Por fin, tras otros
episodios de violencia, se llega al gobierno de Piérola.