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HISTORIA DE AMERICA - El período de la Independencia
LA REVOLUCION NORTEAMERICANA
Los grandes gastos que Inglaterra había tenido que afrontar durante la guerra terminada con
la Paz de París habían puesto al borde de la bancarrota a las finanzas británicas. La deuda
pública se había duplicado y ascendía, ya, a 140 millones de libras. El gabinete presidido por
Lord Grenville no encontró mejor salida que la de invitar al Parlamento a imponer una serie
de medidas restrictivas al comercio colonial, agravando la aplicación de las Actas de
Navegación y de la Ley del azúcar y la melaza. Ello implicaba trabar y hasta arruinar a dicho
comercio, como lo proclamaron inmediatamente los comerciantes de Massachussets y otros
puntos de la Nueva Inglaterra. Otras medidas, aun más serias, fueron la aplicación del Stamp
Act (o ley del papel sellado), que el Parlamento inglés aprobó en marzo de 1765 casi por
sorpresa, y el propósito enunciado de aplicar un impuesto similar al Ship Money (impuesto de
guerra, que en este caso se decía destinado a mantener un pequeño ejército permanente en las
colonias).
Tales resoluciones —la una puesta ya en vigor, la otra meramente anunciada—causaron
sensación en las colonias. Voces enérgicas se alzaron en contra en todo el ámbito de las
mismas, y un colaborador de la New York Gazette llegó hasta a promover la total
independencia. En Boston el perceptor Olivier, que se preparaba a empezar a cobrar el papel
timbrado, fue colgado en efigie y sus oficinas quedaron destruidas por el furor popular. Esa
resistencia se explica porque vulneraba los derechos, de que las asambleas populares de las
colonias se sentían investidas.
Un efímero gabinete liberal, al que pertenecía Rockingham, resolvió suprimir el Stamp Act.
Luego Townshend, nuevo ministro de Colonias de otro nuevo gabinete, reiteró el error
anterior proponiendo —aparte de otras medidas reaccionarias como la supresión del jurado
para ciertos juicios— la implantación de elevados derechos de importación al té, al vidrio, al
papel y a las sustancias colorantes. Las colonias volvieron a protestar. La Asamblea municipal
de Boston llevó la palabra y Nueva Hampshire, Virginia, Nueva Jersey, Connecticut y
Carolina del Sur la hicieron suya. Los primeros movimientos de tropas británicas fueron
efectuados y Washington y Henry incitaron a defenderse, "boicoteando" a las mercaderías de
Inglaterra, que llegaban recargadas con aquellos impuestos. Las importaciones bajaron en casi
un millón de libras. Todo esto culminó con lo que se llamó la "matanza de Boston" (el 5 de
marzo de 1770), en que las tropas hicieron fuego contra el pueblo que las insultaba. Una
reunión de los principales vecinos emplazó al gobernador a retirar las tropas en seguida. El
gobernador cedió.
A todo esto, en enero de 1770, Lord North había sido designado primer ministro. Una de sus
primeras medidas fue derogar los malhadados impuestos (menos el del té, sumamente
rebajado, que mantuvo a instancias del rey). Tampoco esta semisolución cuajó. Filadelfia y
Nueva York se negaron a autorizar el desembarco del té gravado. En Charles-ton el té fue
retenido en la aduana. En Boston, jóvenes disfrazados de pieles rojas asaltaron las
embarcaciones, rompieron las cajas y arrojaron el té al mar. Se dispuso la clausura del puerto
de Boston hasta que el comercio local, a quien se hizo responsable, pagase el valor del té
perdido: las asambleas municipales fueron prohibidas y nuevas tropas se alojaron dentro de la
ciudad rebelde. Contra ellas se alzó el pueblo.