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HISTORIA DE AMERICA - El período colonial
EL VIRREINATO DEL PERU
Puede decirse que, en sus orígenes, la jurisdicción del virreinato del Perú era
casi la de la
extensión de la América del Sur. Tan enorme territorio estaba dividido en el virreinato
propiamente dicho y las gobernaciones que le estaban subordinadas. Instalado en 1544,
afrontó a lo largo de su historia diversos peligros: unas veces las hostilidades de los piratas y
bucaneros, otras las rebeliones de los indios, otras las rencillas de sus susceptibles pobladores.
Lima era su capital, ciudad de fundación española. Trujillo y Piura, en el norte, albergaban a
"títulos de Castilla", es decir, a señores nobles o ennoblecidos por el rey en mérito a sus
servicios; Cuzco había visto edificar una blanca ciudad española de adobe, con balcones
volados y portales con clavos, sobre o entre los recios muros de piedra del tiempo de los incas;
Arequipa y Ayacucho —la una con su plaza de armas, la otra con su mezcla de lo nativo y lo
importado—, mostraban cómo el Perú se iba convirtiendo en una tierra nueva, poblada de
ciudades a la manera hispánica. Una gran despoblación indígena había reducido la población
virreinal a algo más de dos millones, de la que algo más de un 10% era española.
Desde 1541 existía el obispado en Lima, convertido en arzobispado en 1545, del cual
dependían cinco obispados peruanos, dos en la presidencia de Quito, uno en Nueva Granada,
dos en Chile y el de Buenos Aires, en el Río de la Plata hasta su transformación en arzobispado.
El arzobispado limeño y los principales obispados producían grandes rentas. Los tributos
debidos a la Corona llegaban a seis millones de pesos, con los cuales se costeaban los gastos de
la administración local, se enjugaba el déficit producían Chile y Nueva Granada y se remitía
alrededor de un millón a España. Las minas peruanas de oro de Porco cedieron paso a la plata
de Potosí, en el altiplano boliviano (el Alto Perú de entonces), que se explotaba mediante el
azogue de Huancavélica o el que (cuando Potosí pasó a formar parte del virreinato del Río de
la Plata) se introducía por Buenos Aires. La Casa de Moneda de Lima acuñaba por unos seis
millones. La de Potosí era también muy importante, aunque su acuñación fue una de las más
burdas de América. La agricultura y la ganadería no fueron, en toda la época colonial, más
que riquezas subsidiarias.
La audiencia de Lima, fundada en 1542, tuvo una muy grande reputación judicial. Sus fallos
tenían enorme importancia, dado lo extenso de su jurisdicción y el valor de los asuntos que le
eran sometidos. Las audiencias tenían, además de su función judicial reconocida, la política de
contrabalancear el poderío del virrey, de fiscalizar su conducta. Esto determinó algunas veces
—como en otras jurisdicciones— conflicto de poderes. La Universidad de San Marcos, de Lima,
es uno de los orgullos de la obra civilizadora de España. Iniciada en 1551, a pedido de la orden
de los dominicanos "con los privilegios, franquezas y libertades que ha y tiene la Universidad
de Salamanca" y equiparada luego a la de México, la de San Marcos organizó en torno suyo la
vida intelectual de Lima. Además hubo en esa ciudad tres colegios máximos, para la
instrucción religiosa: el mayor de San Felipe, fundado en 1592, el de San Pablo (1568) y el de
San Martín (1582). En cuanto a la Universidad de Cuzco, fue creada en 1696. La imprenta,
establecida en Lima desde 1584, dio como resultado la publicación de innúmeras obras, que
comenzaron por ser de índole religiosa, pero que gradualmente alcanzaron también los
géneros de la literatura y la ciencia.