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HISTORIA DE AMERICA - El período colonial
LA ORGANIZACION ADMINISTRATIVA LUSITANA
Supervigilando las ocho capitanías y los ocho gobiernos subalternos en que
administrativamente fue dividido el enorme territorio, los portugueses instituyeron a un
virrey, cuya sede fue hasta 1763 la ciudad de Bahía y desde entonces hasta la proclamación del
imperio la de Río de Janeiro. Tanto los virreyes como los capitanes generales estaban limitados
en su acción por medidas similares a las adoptadas en las colonias españolas: no podían
casarse con mujer de su jurisdicción, recibir regalos ni ejercer el comercio, y estaban sujetos al
"juicio de residencia". En caso de vacancia, el obispo, el militar de más alta graduación y el
magistrado judicial de mayor jerarquía formaban un consejo de gobierno hasta la llegada del
sucesor. Dos tribunales de apelación (a la manera de las audiencias españolas) residían en
Bahía y Río, pero en cada capitanía había un juez letrado llamado ouvidor (oidor). Como en
las colonias españolas, sólo en casos extraordinarios se podía llegar a una apelación final ante
los tribunales metropolitanos. También había en cada villa una institución municipal similar al
cabildo hispano.
Tan grande territorio no estaba muy densamente poblado. Al llegar a la época de la
Independencia, no había en el Brasil más de tres millones de habitantes, de los cuales
solamente unos 200.000 blancos, y aproximadamente 80.000 indios. El resto, es decir, la
inmensa mayoría de la población eran negros esclavos, que habían sido introducidos para
crear la mano de obra barata que la explotación de las grandes riquezas naturales demandaba.
Sólo los blancos poseían empleos o tierras. Los indios no habían sido asimilados y vagaban
libremente. Los negros penaban en las plantaciones de tabaco, de arroz, de algodón, o en las
explotaciones estatales de "palo brasil", la madera tintórea que estaba reservada para su
explotación directa por la Corona y que era la primera riqueza conocida de esta tierra
privilegiada. En las capitanías del centro la minería era la principal riqueza, especialmente en
la meseta; pero esta enorme colonia no producía a Portugal más de cuatro millones de pesos.
Desde el punto de vista religioso, el clero estuvo organizado bajo la superintendencia del
obispo de Bahía (creado en 1555 y elevado a arzobispado en 1676). Más tarde hubo en Brasil
cinco obispados. Así se fue estructurando la iglesia brasileña.