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HISTORIA DE AMERICA – El Paraguay y las tres dictaduras
LA GUERRA CONTRA LA TRIPLE ALIANZA
Esta serie de ataques desorbitados polarizaron a los tres Estados contra su autor. Dos meses
después se firmaba la Triple Alianza, por la cual Argentina, Brasil y el Uruguay unían sus
fuerzas no contra la nación o el pueblo paraguayos, sino —como lo declaraban
expresamente— contra el tirano Solano López. Entre tanto la invasión a Corrientes continuaba
y el general Robles se apoderaba de esa ciudad. Mitre se hizo cargo del comando en jefe de los
ejércitos aliados, delegando el mando en el vicepresidente, Paz. En los combates de Yatay y
Uruguayana el triunfo fue de los aliados. Estigarribia se rindió en la última ciudad, lo que
permitió a Mitre avanzar hasta Paso de la Patria. En mayo de 1866 se luchó en Estero Bellaco,
en dos oportunidades, y luego en Yataití-Corá y Boquerón (o Sauce). López inició un finteo
diplomático mientras se fortificaba. Eso le permitió atrincherarse en Curupaytí, poniendo al
lugar en condiciones de práctica inexpugnabilidad. Al combatirse pocos días después, los
aliados tuvieron 9.000 bajas contra 50. Mucho de ello se debió a la ausencia de la escuadra
brasileña, que tenía mando separado y que salió de Buenos Aires recién en abril de 1866.
A principios de 1867, después de aquel desastre, Mitre retornó a Buenos Aires, quedando el
ejército al mando del marqués de Caxias. A su regreso, Curupaytí fue atacado de nuevo y
tomado. También debió dejar momentáneamente el mando a Caxias un año después, al morir
Paz. Entonces, bajo el mando brasileño, el paso de Humaytá fue ganado y el ejército entró en
Asunción. López se hizo fuerte en Cerro Corá con sus últimos 2.000 hombres. Rodeado, y no
queriendo rendirse, fue muerto en acción. Desde entonces la economía paraguaya ha sufrido
de aquel espantoso revés. La primera consecuencia fue la imposición de una paz por separado
con el Brasil, con fijación de fronteras. La Argentina, más generosamente, por boca del
ministro de Relaciones Exteriores Varela (en la presidencia de Sarmiento), proclamó el
principio de que "la victoria no da derechos", sometiendo la cuestión de límites al arbitraje.