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HISTORIA DE AMERICA - La época del Descubrimiento
BALBOA Y EL DESCUBRIMIENTO DEL MAR DEL SUR
Al irse Nicuesa, Enciso reclamó la entrega del gobierno, pero Balboa lo envió a España y, en
1511, se hizo instituir gobernador. Como tal luchó contra los indios. A las flechas envenenadas
opuso la cacería de los indígenas por medio de grandes mastines amaestrados. Como se le
indicara por los nativos que había mucha cantidad de oro tras las montañas del sur, así como
un gran mar poblado de grandes barcos, Balboa aprovechó un refuerzo de 150 hombres,
llegado de la Española, para preparar su campaña. Noticias de España, acerca de
reclamaciones interpuestas por Enciso, le decidieron a acelerar su partida. El éxito debía ser su
mejor justificación.
Con 179 españoles y unos 1000 indios auxiliares, partió el 6 de septiembre de 1513, pero en el
puerto de Careta dividió sus fuerzas. El paso, con ser de pocas leguas, era entre tan intrincada
maleza tropical, con precipicios, torrente-ras, marismas, insectos trasmisores de fiebres e
indios bravos, que esa corta distancia sólo fue franqueada en 19 das. El 25 de septiembre
avistó el mar desde una altura; el 29 entró en el mar hasta la cintura, tornando posesión de él
en nombre de la corona de Castilla. No contento con ello visitó tierras e islas cercanas, se
proveyó de muy hermosas perlas y regresó al Darién. El 19 de enero de 1514, sus
subordinados de Darién le entraban en andas al poblado.
Esta euforia fue interrumpida por la llegada de Pedro Arias de Avila —o
Pedrerías Dávila,
como generalmente se le llama— enviado por el rey, a instancias de Enciso y Fonseca, para
restablecer la autoridad real en estas tierras. Aquél llegaba con un brillante séquito de 2000
hombres (muchos de ellos gentiles hombres, como lo era él mismo), a bordo de 22 naves. El
territorio de su jurisdicción acababa de ser bautizado con el nombre de Castilla del Oro.
Balboa resultó el jefe virtual de la oposición. Cuando el rey supo del hallazgo del Mar del Sur
le nombró adelantado para aquella región, lo que aumentó su prestigio. Los conflictos con
Pedrerías parecieron arreglarse por la intervención del obispo de la jurisdicción, Juan de
Quevedo, quien logró que Pedrerías entregase a Balboa el título de adelantado que
injustificadamente le retenía. Pero este arreglo fue de corta duración. Vuelto el obispo a
España, Pedrerías mandó regresar a Balboa, que con 4 navíos y
800 hombres intentaba una
nueva expedición. Le hizo prender, procesar y ajusticiar, junto con otros cuatro inculpados.