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HISTORIA DE AMERICA - Las Antillas en su evolución
CUBA HASTA FINES DEL SIGLO XIX
La cultura colonial de Cuba tiene su exponente inicial en el Seminario de San Carlos y San
Ambrosio. Luego Inocencio XIII expide la autorización para que se cree la Universidad, que se
inaugura el 7 de enero de 1728. Un pedido para el establecimiento de una imprenta es
denegado en 1774. Por fin aparece una Gaceta, aunque sólo publica anuncios. El Papel
Periódico de la Habana es el primer noticiario; nace el 24 de octubre de 1790, bajo el soplo
renovador de Carlos III. Con él la Real Sociedad Económica de Amigos del País, al influjo
fisiócrata. También se constituye algo más tarde la Sociedad Patriótica de Amigos del País;
luego se abolirá la costumbre de enterrar en las iglesias, se difunde la vacuna y se crean
bibliotecas y escuelas. Actúa José Antonio Saco, defensor de los negros esclavos. Entre tanto
Napoleón invade a España. Durante la prisión de Fernando VII intenta instalarse en Cuba una
"Junta Tiránica", para gobernar en su nombre. Durante 1812, ante el anuncio de una
constitución liberal, se promueven concesiones referentes a una mayor libertad comercial,
pronto ahogadas, en 1814, con el retorno del gobierno absoluto. En 1816 se realiza un censo,
que arroja 553.000 habitantes para toda la isla.
Bajo el gobierno de Vives florecen la francmasonería y los carbonarios. Desde Camagüey se
difunde la Cadena Eléctrica o Cadena Triangular de Bolívar. Más tarde Soles y Rayos de
Bolívar. Ambas demuestran el influjo del gran venezolano en las Antillas y particularmente en
Cuba. Esto crea una situación de violencia creciente. En 1825 se confieren a los gobernadores
de la isla derechos similares a los de jefes de plaza sitiada, lo que revela la gravedad de la
situación. En el Congreso de Panamá se trata de la libertad de Cuba: Bolívar la apoya con el
presidente mexicano Victoria, esperando contar con el apoyo de Páez. En cambio los Estados
Unidos se oponen por temor al poder creciente de Bolívar y a las protestas internas de los
norteamericanos. Dos emisarios de Bolívar —Agüero y Sánchez— son ahorcados por preparar
la invasión antillana. Otra sociedad secreta, la Gran Legión del Aguila Negra, cuenta con el
apoyo de México, a pesar de lo cual luego fracasa. Bajo el gobierno de Tacón (1834) hay otra
oleada de absolutismo. Se expulsa a los diputados de Cuba y Puerto Rico de las Cortes, en
España, pretextando que ambas regiones deben regirse por "leyes especiales". Esta situación
sigue con Ezpeleta (1838-40), en la que se sustancia una imaginaria conspiración de negros en
la isla de Trinidad, con persecuciones y muertes. Por entonces se crea la Real Audiencia en la
Habana. El gobernador Girón (1840-41) es el prototipo del reaccionario. Con Valdés, al año
siguiente, se mantiene firme la trata de negros, pese a las reclamaciones inglesas, y se
seculariza la Universidad. Bajo O'Donnell (1842) surge otro intento: la "Conspiración de la
Escalera". Cisneros Betancourt es el jefe de la rebelión, ahora apoyada por los Estados Unidos,
que quieren influir en los destinos de Cuba. El general Narciso López apoya a otra invasión,
desde Nueva Orleáns (1850). Sigue la lucha. Agüero, Betancourt, Zayas y Benavides, caudillos
populares, mueren fusilados. El mismo día de su ejecución pone pie en la isla, en una segunda
tentativa, López, quien también es fusilado poco después. Bajo el gobierno de Narváez, en
España, se dicta un real decreto llamando a Madrid, a una "Junta de Información", a veintidós
comisionados de Cuba y Puerto Rico, en 1866. Muy prudentes, éstos pidieron supresión o
rebaja de los derechos de aduana. No fue aceptado y además se fijó un nuevo impuesto a las
rentas. Esto devolvió a los cubanos a la acción revolucionaria. Carlos Manuel de Céspedes fue
el iniciador de "la guerra grande": Aguilera, los Maceos, Osorio, Figueredo, Agramonte y
Quesada lo ayudan. Hacen falta fondos y en 1869 se crea una emisión de papel moneda
revolucionario en Nueva York. Los triunfos permiten reunir una Asamblea Nacional —luego
convertida en Congreso— que designa presidente de Cuba a Céspedes y nombra a Quesada
jefe del ejército. Este será luego reemplazado por Agramonte, durante el desarrollo de la lucha,
en que los revolucionarios sufren derrotas y el Congreso vaga a la deriva.
Casi toda "la guerra grande" son sorpresas y guerrillas. No hay más que dos batallas
importantes, ambas muy sangrientas, Palo Seco y Las Guásimas. En 1874 mueren en acción
Céspedes y Agramonte. En 1875 la guerra era totalmente favorable a los cubanos, pero estalla
la sedición militar, revancha de la deposición de Céspedes por Cisneros Betancourt, lograda
en 1868 por las armas. En vísperas del Pacto del Zanjón (fruto del general Martínez Campos),
Cánovas del Castillo escribía al presidente del Consejo de Ministros: "Si Cuba es poco para
independiente, es más que bastante para provincia española" y "si carece de generales tiene lo
que necesita: notables guerrilleros". En 1878 el general Jovellar trazó en vibrantes trazos el
balance de "la guerra grande": 200.000 muertos y 700 millones de pesos.
En ese mismo año Cuba es dividida, administrativamente, en seis provincias: Pinar del Río,
Habana, Matanzas, Santa Clara, Puerto Príncipe y Santiago de Cuba. Por entonces surge el
Partido Liberal —que más tarde también se llamará Autonomista— y cuyos voceros serán El
Triunfo y luego El País. En contra suya se forma la Unión Constitucional, que triunfa en las
elecciones de 1879. Esto induce a algunos grupos de patriotas a volver a la revolución. Es "la
guerra chiquita", que comienza el 26 de agosto de 1879. Esta actitud patriótica,
pero
desesperada no contó con el apoyo de ninguno de los dos partidos. Mientras ella ocurría, y
por la influencia liberal, se aprobaron una importante serie de medidas legislativas: abolición
del patronato, leyes de registro civil, de matrimonio civil, de representación de las minorías en
las Cámaras, de imprenta, reunión y asociación. En 1883 se llega a un tratado comercial con
Estados Unidos; en 1890-91 al de reciprocidad comercial con dicho país. El presupuesto se
redujo en casi un 50% del existente en 1880; también se redujo el impuesto territorial.
En 1892 se produjo un hecho trascendental en la vida política cubana: José Martí funda el
Partido Revolucionario. Martí a los 16 años había creado El Diablo Cojuelo y La Patria Libre.
Casi en seguida sufrió cárcel, deportación y exilio; durante su estada en España alcanzó a
doctorarse en Zaragoza, estuvo en Francia e Inglaterra, México y Guatemala; volvió a Cuba
cuando la Paz del Zanjón, conspiró y fue deportado a España, de donde se fugó para alcanzar
en Nueva York a García y ser el jefe civil de esa revolución; estuvo en Venezuela; en Estados
Unidos fue cónsul de la Argentina, Uruguay y Paraguay. De 1880 a 1895 los cubanos que
seguían sus directivas no dejaron de conspirar, lamentando el error de los autonomistas de
quedarse del lado de España. Ello obligó al gobierno a prestarse a nuevas medidas liberales,
como la reforma electoral y la ley hipotecaria, más avanzada que la que regía por ese entonces
en España. A su vez Martí creó el periódico Patria, que se editaba en Nueva York. Desde
entonces es la principal figura de Cuba.
Tres años de preparación requirió el nuevo movimiento que estalló en febrero de 1895 en
Matanzas y Oriente. Martí es su inspirador y Máximo Gómez el jefe militar. El 19 de mayo
Martí es muerto oscuramente en una escaramuza. Gómez deja el Oriente y realiza una
campaña en el Camagüey. Antonio Maceo queda allá y consigue triunfos. Se reúne la
Asamblea Constituyente, que proclama una constitución y elige presidente a Cisneros
Betancourt y vicepresidente a Masó. El ejército sigue a cargo de Gómez, con Maceo de
lugarteniente. Ambos se reunieron después de la victoria de Mal_ tiempo. Nuevos triunfos
motivaron el relevo de Martínez Campos; le reemplazó el general Weyler. Los Maceo
murieron en el transcurso del año 1896, con meses de diferencia. Hasta mediados de 1897
Weyler sigue en Cuba una política de terror. En esos dos años España manda a Cuba cosa de
200.000 soldados, que con la Guardia Civil, voluntarios y guarnición ascienden a 300.000. Pero
era un esfuerzo terrible, costoso en sangre y dinero, que no podía perdurar. En agosto de 1897
un anarquista mata a Cánovas del Castillo, el Partido Liberal español llega al poder con
Sagasta, que destituye a Weyler y envía de gobernador a Cuba al general Blanco, el mismo que
había pacificado a la isla después de "la guerra chiquita". Esta medida resultó tardía; los
reaccionarios protestaban y los revolucionarios no se contentaban con nada que no fuese la
libertad absoluta, para lo cual, en octubre de 1897, se había jurado la constitución de La Haya.
Hay tumultuosas manifestaciones en la propia Habana. La Unión manda un buque de guerra,
el Maine, que es volado. Este hecho determinó la guerra de Estados Unidos con España, que se
reseña en el capítulo consagrado a la primera nación.