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HISTORIA DE AMERICA - La América indígena
LOS MAYAS
De manera general podemos denominar mayas a los primitivos habitantes de la península del
Yucatán, el norte de Guatemala, Honduras británica y algunas regiones vecinas acerca de
cuyos límites exactos difieren los autores. Morley, Spinden y Tozzer han establecido la
existencia de dos grandes períodos cronológicos: a) El llamado "Viejo Imperio", que va desde
el comienzo de la Era Cristiana hasta el año 630; b) El denominado "Nuevo Imperio", desde
esta última fecha hasta 1541, año en el que los españoles ocupan definitivamente el Yucatán.
No han podido determinarse las causas de la desaparición del "Viejo Imperio", a pesar de su
gran riqueza monumental.
El primer período se desarrolla en el norte de Guatemala, el sur de México y el oeste de
Honduras británica. Los mayas levantan entonces ciudades como las de Quirigua, Palenque y
Copán (respectivamente en el territorio de cada uno de los tres países actuales recién citados),
amén de muchas otras de menor significación. Producida la destrucción de aquellas ciudades
y el abandono de los lugares antes habitados, los mayas comenzaron —alrededor del siglo vil
de nuestra era— una migración en la cual llegaron hasta el Yucatán, donde se establecieron.
Las casas comunes, de madera, con techo a dos aguas, contrastan con la majestuosidad de sus
templos y palacios. El templo de Uaxactun, el más antiguo de los hallados, es del tipo común
de pirámide cuadrangular, con una escalinata por lado y grandes máscaras esculpidas. En
todos los casos, el templo está en la cima. En cuanto a los palacios, el llamado "del gobernador",
en Uxmal, con sus magníficas tallas en la piedra, es uno de los más bellos de América.
También son notables las estelas (monolitos que llevan inscripciones y fechas). Tales
representaciones, así como los relieves del "Juego de pelota" de Chichén Itza, al par que nos
muestran su extraordinario dominio de la piedra, nos ilustran acerca de los detalles del
vestido y del tocado, así como de armas e instrumentos. Los códices corroboran esos datos.
La gran estatura cultural de los mayas se revela también por la posesión de una escritura con
jeroglíficos, el empleo intenso de un calendario sumamente elaborado, de base vigesimal, con
ciclos —o "siglos"— de 52 años, la posibilidad de verificar cuentas de grandes cantidades con
el conocimiento y empleo de la noción de cero y del valor relativo, escriturario de las
cantidades (antes que ello ocurriera en Europa), la posesión de datos respecto de equinoccios y
solsticios y otros astronómicos de uso calendárico, la creación de un panteón de dioses
numerosísimos y extraños, presididos por Zamma o Itzamma, el que dio nombre a los lugares
e inventó la escritura.
A tales dioses se dedicaban ritos sangrientos. Los sacrificios humanos eran frecuentes. Los
libros de Chilan Balam narran la formación del mundo según la tradición popular. Pero el
Popol Vuh, el libro sagrado, nos ofrece otra versión. En los primeros los dioses, vencedores de
otros dioses, crean a los hombres. En el segundo, el Dios creador y la Serpiente Emplumada
forman a la tierra sobre el mar, la pueblan de animales y luego de hombres.