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HISTORIA CONTEMPORANEA - La Revolución francesa
LA CONVENCION Y LA REPUBLICA
La situación era caótica. El gobierno estaba en manos de un Consejo ejecutivo inspirado por
Danton, pero debía contar con el comité llamado la Comuna insurgente —inspirado por
Robespierre— que era el que había dirigido el asalto a las Tullerías e impuesto luego la
suspensión de Luis. Esta diversidad de autoridades hizo crecer la anarquía y el pánico,
acrecentados luego con las noticias que llegaban del frente, de modo que sólo se pensó en
acudir en masa a la defensa contra los invasores, deteniéndose solamente un instante para dar
cuenta de los presuntos enemigos que se emboscaban en París. Todos los realistas conocidos y
cuantos sospechosos cayeron a mano fueron ultimados en pocos días. Y entre tanto, el ejército
republicano a las órdenes de Dumouriez hizo frente a los prusianos y consiguió detenerlos en
Valmy el 20 de septiembre de 1792. Ese día se disolvía la asamblea legislativa y se entregaba la
totalidad del poder a una asamblea cuya misión era reorganizar totalmente el orden
institucional del país: la Convención.
El nuevo cuerpo estuvo dominado por los jacobinos, presididos por Robespierre, alrededor de
los cuales se agrupaban, aunque con disidencias, todos los grupos republicanos exaltados.
Frente a ellos, los girondinos constituían la derecha de la Convención y se manifestaban
partidarios de una política moderada y legalista. Finalmente, había entre ambos grupos
extremos un conjunto de diputados indecisos —la llanura— que variaba en sus preferencias.
Dos días después de constituirse, la Convención proclamó la república y poco después ordenó
el procesamiento del rey. La sentencia no se hizo esperar y declaró su culpabilidad como
traidor a
la patria, por lo que se le condenó a muerte. El 21 de enero de 1793 Luis XVI era
guillotinado; la noticia conmovió a muchos franceses, y hubo importantes sublevaciones de
campesinos y de soldados; pero la consecuencia más importante de esta medida fue la
organización de una vasta alianza de todas las principales potencias europeas contra la
República Francesa, cuyas fuerzas habían hecho importantes conquistas territoriales después
del triunfo de Valmy. El ministro inglés Pitt organizó la coalición y poco después Francia fue
invadida hasta que, a fines de 1793, los generales Jourdan y Hoche pudieron rechazar a los
invasores.
Tan afortunado desarrollo de la guerra se debió a la acción del Comité de salvación pública,
dirigido primero por Danton y luego por Robespierre, en el que la Convención delegó en
cierto modo el poder ejecutivo. Esta y otras comisiones del cuerpo se preocuparon asimismo
de asegurar el orden interior, y lo hicieron con una energía que muchas veces pareció crueldad
o barbarie. Los girondinos fueron excluidos y condenados y tras ellos cayeron bajo la cuchilla
de la guillotina un número enorme de condenados, entre ellos la reina María Antonieta. La
época del Terror ocupa la historia de Francia desde mediados de 1793 hasta mediados de 1794,
y durante todo ese tiempo la inspiración predominante fue la de Robespierre, cuya tenacidad y
energía se impusieron a todos los que le disputaron el poder.
Pero no todo fue destrucción durante ese período. Mientras se atendía a la gravísima situación
exterior, mientras se procuraba contener la reacción interna, la Convención halló reposo para
adoptar innumerables medidas administrativas y políticas de trascendencia. Reorganizó la
hacienda pública, echó las bases de la reforma de la enseñanza y penal y se preocupó por el
desarrollo de la cultura superior. Muchas de sus iniciativas sólo pudieron lograr sus frutos
algún tiempo más tarde, pero en el seno de a Convención habían hallado ambiente propicio
para germinar.
A mediados de julio de 1794, mientras los generales Jourdan y Pichegra conquistaban para
Francia nuevos territorios, los enemigos de Robespierre se complotaron para derribarlo,
lográndolo inmediatamente. Robespierre fue condenado a muerte y ejecutado poco después.
Hubo entonces un poderoso movimiento contra la república, pues mientras los moderados
querían corregir su rumbo dentro de sus líneas principales, los realistas organizaron una
insurrección. Entonces la Convención encargó su defensa al general Napoleón Bonaparte, que
pudo someter a los rebeldes en octubre de 1795.
Ese
año, la Convención había sancionado una nueva constitución republicana, llamada
constitución del año ni de la República. Apenas vencida la insurrección realista, la Convención
se disolvió y entregó el poder a las autoridades que aquélla establecía.