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HISTORIA MODERNA - La revolución en Inglaterra
LA RESTAURACION
El heredero del trono había vivido durante los años del destierro en el continente y había
aprendido mucho. Además, era Carlos II un hombre de clara inteligencia, de modo que pudo
acomodarse a la nueva situación, y cuando asumió el poder, en 1660, buscó la manera de
conciliar sus inclinaciones —inequívocamente autoritarias— con las tradiciones
parlamentarias. En realidad, apenas existió conflicto en este aspecto; pero lo hubo, en cambio,
muy pronto, porque Carlos II había estado en contacto con los católicos durante su destierro y
había decidido llegar a imponer en Inglaterra una política de libertad en materia religiosa.
Cuando este designio se hizo visible, el Parlamento se levantó violentamente y se opuso con
energía: ordenó la persecución de los católicos e hizo jurar a los funcionarios su fidelidad al
anglicanismo. Extremando las medidas, declaró excluido de la sucesión real al duque de York,
hermano del rey, por la sola circunstancia de ser católico. Esto provocó una tensión cada vez
mayor entre el rey y el Parlamento, pero tuvo además otra consecuencia más grave,
pues
dividió la opinión pública entre los partidarios del derecho dinástico y los partidarios de la
exclusión del duque de York. A los primeros se les llamó tories y a los segundos whigs.
El sucesor de Carlos II extremó las cosas a In más. Jacobo II era, en efecto, católico aunque lo
ocultara, y estaba además en excelentes relaciones con Luis XIV de Francia, de modo que
cuando subió al trono, en 1685, desencadenó una oposición decidida. Sin inmutarse, pretendió
instaurar el culto católico en su propio palacio, y tuvo que hacer frente a una insurrección
motivada por ese hecho, después de la cual estableció la libertad de cultos. La situación se
mantuvo tirante durante algunos años; pero en 1688, Jacobo II, que tenía dos hijas educadas en
el anglicanismo, tuvo un hijo varón al que hizo bautizar en la religión católica. Y esta vez, la
insurrección se -tornó en un movimiento general contra el rey.
EL REY CARLOS II DE INGLATERRA. Al restaurarse la monarquía en Inglaterra, Carlos II
fue llamado a ocupar el trono, y con él reaparecieron los conflictos, por sus tendencias
absolutistas y su adhesión al catolicismo.
EL REY JACOBO II DE INGLATERRA. Perseverando en la política de Carlos II, el último de
los Estuardos condenó a su dinastía por su adhesión a ciertas ideas religiosas que la casi
totalidad de su país repudiaba.